En el quinto día de la audiencia pública convocada por el Gobierno provincial y la empresa San Jorge, el exsubsecretario de Energía de Mendoza y actual CEO de la empresa estatal Impulsa Mendoza, Emilio Guiñazú Fader, lanzó una dura embestida contra vecinos y asambleístas que se oponen al proyecto minero de oro y cobre en la cordillera mendocina. “Son oligarcas, dueños de la tierra”, disparó sin matices, reavivando el conflicto territorial y ambiental que atraviesa la región.
Guiñazú Fader fue subsecretario de Energía, comandó PCR hasta que pasó a manos de Manzano y hoy en CEO de Impulsa Mendoza
Guiñazú, conocido por su férrea oposición a la Ley 7722 —norma que restringe el uso de sustancias tóxicas en la minería— durante su paso por la gestión de Alfredo Cornejo, volvió a escena con declaraciones que encendieron la polémica. “El cianuro es muy noble”, había dicho en 2018, en plena discusión prominera. Esta vez, en su intervención ante la audiencia oficial, redobló la apuesta:
“Son los dueños de la tierra y se creen dueños del agua. Y creen que pueden imponer condiciones a sus vecinos”, dijo sin especificar quiénes eran blanco de su furibunda crítica.
Minería como salida de la pobreza
Guiñazú defendió el proyecto San Jorge como “ideal para Mendoza”, destacando su tamaño, localización y tecnología. “Va a traer caminos, energía, instalaciones sanitarias, va a capacitar a la gente”, aseguró. Según el exfuncionario, la iniciativa generaría miles de empleos directos e indirectos y dinamizaría la economía del norte provincial.
“Me di cuenta que el real potencial de Mendoza para salir de la pobreza venía de la mano de la minería”, confesó sobre sus primeros años en la función pública.
El agua del arroyo El Tigre, en disputa
Uno de los puntos más sensibles del debate es el uso del agua en una región de alta fragilidad hídrica. Guiñazú minimizó el impacto ambiental del proyecto:
“Está ampliamente probado que el proyecto ambientalmente supera todas las barreras y requerimientos, la ciencia lo dice”.
Sobre el arroyo El Tigre, fuente hídrica clave en la zona, sostuvo que su uso actual —destinado al cultivo de alfalfa— podría ser reemplazado por una actividad minera más rentable:
“Con menos cantidad de agua les van a dar trabajo a 3 mil personas durante 25 o 30 años”.
“Uspallata tiene su pequeña oligarquía”
En el tramo más controvertido de su exposición, Guiñazú acusó a los opositores de defender privilegios:
“La discusión pasa por la conservación de los privilegios de determinados grupos de poder. Uspallata tiene su pequeña oligarquía que se siente dueña de los recursos de todos los mendocinos”.
“Los bienes y los activos son de todos los mendocinos. No de un pequeño grupo. Todos tenemos derecho a usufructuar, vivir y trabajar de esos bienes”, agregó, apelando a una narrativa de justicia distributiva.
Audiencia paralela y resistencia territorial
Mientras se desarrollaba la audiencia oficial, vecinos y organizaciones realizaron una contrapropuesta en la villa cordillerana, reafirmando su rechazo al proyecto. La tensión entre modelos de desarrollo —extractivista versus comunitario— se profundiza en un territorio marcado por la defensa del agua y la autodeterminación.