
La escena se repite con variaciones: Alfredo Cornejo corta cintas, recicla anuncios y lanza dardos al kirchnerismo, mientras Luis Petri aparece fugazmente en algunos actos random de campaña, sin demasiada prensa más que la oficial, ni protagonismo.
En los spots que salieron este fin de semana se ensalza su rol como ministro de Defensa, con la voz de Javier Milei como mantra: “La Libertad Avanza o Argentina se hunde”. Pero en la agenda real, el candidato mendocino a diputado nacional por la boleta violeta quedó relegado, justo cuando su nombre aparece vinculado al escándalo por contratos millonarios con la droguería suizo-argentina, eje de la supuesta red de retornos que involucra a Karina Milei.
No es un secreto: el Gobierno distribuyó entre medios y periodistas filo oficialistas la intención de resaltar la gestión de Cornejo en esta campaña que no sólo está jaqueada por escándalos de corrupción libertaria, sino por un plan económico que hace agua y que ya no apoya el círculo rojo del establishment.
Cornejo apuesta por una estrategia clara: desdibujar a Petri y concentrar los reflectores en su propia figura y gestión para esquivar las esquirlas del escándalo libertario. Pero el blindaje tiene fisuras. Esta semana, el costo del pacto electoral con La Libertad Avanza quedó expuesto en el Congreso, donde los legisladores cornejistas jugaron en contra del Garrahan y del reparto de ATN. Intentaron, además, justificar el veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Votaciones clave y volantazos legislativos
Presionado por la Casa Rosada, Cornejo entregó a sus diputados y senadores al repudio popular en votaciones sensibles. Lisandro Nieri y Pamela Verasay —ambos en la boleta de LLA y Cambia Mendoza— se ausentaron en el debate por el financiamiento universitario, alineados con el pacto sellado entre Cornejo y Karina Milei. Luego, probablemente por la enorme presión social por la UNCuyo, regresaron al recinto cinco minutos después de votar en contra del Hospital Garrahan, y acompañaron a la oposición para rechazar el veto presidencial. El volantazo dejó al descubierto la tensión entre la disciplina libertaria y el costo político local.
En el Senado, la subordinación fue más explícita. Pese a que Mendoza quedó fuera del reparto de $12.500 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) —y tampoco figuró entre las provincias más beneficiadas en agosto— Cornejo mandó a sus senadores a abstenerse en la votación que rechazó el veto presidencial. Mariana Juri y Rodolfo Suárez se sumaron a Alfredo De Angeli en el lote de tres abstenciones, mientras el resto del Senado propinaba una paliza legislativa a Milei.
La paradoja es elocuente: Mendoza sostiene los vetos, pero no recibe los fondos. Cornejo se autopostuló como garante del ajuste libertario, resaltando que ya lo había aplicado en su primera gestión. Pero el pacto electoral lo colocó en un lugar de subordinación desde la misma boleta, donde Petri —su competidor interno— fue impuesto por los Milei. Esta semana, ese rol fue ratificado en una reunión por Zoom, donde Martín Menem interpeló directamente al gobernador y exigió disciplina legislativa.
Operativo rescate en Buenos Aires
Cornejo fue uno de los mandatarios que participóo del operativo rescate en Buenos Aires tras la derrtota que le propinó Axel Kicillof a los libertarios. En el Salón de los Escudos, Cornejo se reunió con el jefe de Gabinete Guillermo Francos, el ministro del Interior Lisandro Catalán y el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, junto a Cornejo y los otros dos gobernadores aliados Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). El trío se allanó al pedido de auxilio de Milei sin condicionamientos, mientras el resto de los mandatarios provinciales exige una agenda de trabajo para sentarse con el Ejecutivo.
Actos, discursos y subordinación discursiva
En un acto con Petri, Verasay y Álvaro Martínez, los tres de la lista de diputados, Cornejo ratificó su respaldo al gobierno nacional: “Sabemos que hoy el pueblo está haciendo un gran esfuerzo, pero ese esfuerzo va a ser en vano si vuelve a ganar el kirchnerismo”. Y agregó: “Necesitamos ese apoyo para seguir haciendo obras y para que se ordene la economía. Esto solo será posible si el gobierno nacional tiene éxito y cuenta con el apoyo popular en las elecciones”.
Las palabras del gobernador no solo confirman su alineamiento, sino que lo colocan como vocero territorial de un modelo que, en los hechos, perjudica a Mendoza. La provincia fue relegada en el reparto de ATN, sus legisladores fueron presionados para sostener vetos impopulares, y su principal candidato quedó forzosamente en segundo plano, salpicado por el escándalo nacional.

