El Concejo Deliberante de San Carlos demora el tratamiento de un proyecto de ordenanza que prohíbe los transgénicos, presentada en octubre y que diversas agrupaciones agroecológicas y de agricultura familiar esperaban que se discutiera y aprobara este jueves.
El martes en el mismo Concejo hubo una instancia de participación abierta para que la comunidad se expresara en torno a la ordenanza.
Acudieron representantes de diferentes organizaciones e instituciones, entre ellas de la Dirección Nacional de Agroecología, la Asociación de Agricultura Biológico- Dinámica de Argentina, la Asamblea por el Agua, Vecinos Autoconvocados, la Asamblea del Árbol, la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UNCuyo. También estuvieron presentes docentes de carreras agrarias, agricultores, vecinos y vecinas de San Carlos.
"Todas las exposiciones estuvieron a favor de la ordenanza, sustentando los fundamentos y la base de la misma. Sin embargo, aunque no hubo nadie que se oponga y la comunidad se expresó a favor, algunos/as concejales insistieron e insisten con esperar para tratarla", resumió la organización Crece desde el Pie.
Este jueves vecinos y familias campesinas volvieron al Concejo, pero el tratamiento volvió a postergarse bajo el argumento de que faltan "opiniones de particulares, la Sociedad Rural" entre otros. La nueva postergación generó una protesta espontánea de quienes esperan que no avancen los cultivos transgénicos en Mendoza y discusiones con los concejales.
San Carlos, bastión en el cuidado del agua
El Valle de Uco, y San Carlos en particular, es uno de los bastiones de resistencia en defensa de la 7722. Tierra natal del gobernador Rodolfo Suarez, es cuna del repudio a quienes intentaron a lo largo de estos años voltear la ley llamada "guardiana del agua" por los ambientalistas.
Desde hace años, además, intentan contener el avance de las multinacionales del agronegocio. Esta resistencia tiene múltiples facetas. Una de ellas es la reproducción e intercambio de semillas criollas en las comunidades. La otra, más reciente, es la mentada ordenanza que prohíba los transgénicos.
Huerteros de Valle de Uco plantan resistencia por la distribución de semillas criollas
"Históricamente las comunidades han transmitido de generación en generación el cuidado de las semillas. Estos recursos atesoran siglos de saberes acerca de cómo conservarlas, sembrarlas y permitir que den buenos frutos. Las semillas significan cultura, cooperación, diversidad y tradición", señala Crece desde el Pie sobre las razones de su lucha.
"Las semillas transgénicas, sin embargo, representan una amenaza. Estos cultivos contaminan con una genética que no es natural a otras semillas, poniendo en riesgo la historia y la cultura de las semillas criollas. Además, se basan en un modelo extractivista que exprime el suelo, contamina el agua y el aire con el uso desmedido de agrotóxicos. Los organismos genéticamente modificados representan un control. De las corporaciones que buscan manejar los mercados de las semillas a nivel global, que atentan contra la libertad de los pueblos, agricultores/as y campesinos/as".
"Pedimos que el Concejo Deliberante trate con urgencia el proyecto de ordenanza presentado para prohibir los transgénicos en el departamento. Les pedimos a los y las concejales que respeten nuestra cultura y nuestros alimentos".