Las previsiones macroecónomicas del Fondo Monetario Internacional para Argentina fueron arrasadas en pocos meses. Los pronósticos del organismo sobre el país difundidos hace cuatro meses, cuando otorgó el financiamiento inicial para palear la crisis generada por la administración de Mauricio Macri eran mejores que los surgidos de la corrección previa a la revisión de aquel acuerdo.
Es decir, desde que firmó el primer pacto con el FMI, Macri empeoró las condiciones del país.
En materia de inflación, una de las variables de la economía que golpea a los asalariados, el FMI pifió feo hace cuatro meses, estimando que este año se cerraría con 31,7 por ciento de incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC). La magnitud estimada fue desbordada por la realidad. Entonces, a dos meses del final del año, el organismo prestamista internacional recalculó la inflación anual en 43,8 por ciento, por debajo de lo que la mayoría de los analistas ocupados en el tema consideran para 2018.
Los pronosticadores macroeconómicos del FMI arriesgaron porcentajes de inflación hasta 2020, sin vergüenza por la pifia a corto plazo que metieron este año. Las previsiones de inflación para Argentina del prestamista son: 20,2% en 2019; 13% en 2020; 9% en 2021, y 5% en 2022 y 2023. Entonces, desde diciembre del año pasado hasta el mismo mes de 2023, la inflación será de 134,7 por ciento, según los gurús del FMI; 4,4 puntos más de lo que sería si no se corregían los pronósticos de hace cuatro meses.