El principal prestamista que tuvo el gobierno de Mauricio Macri ahora dice que la deuda argentina "no es sostenible". El Fondo Monetario Internacional mandó más de una decena de empleados de altos sueldos a auditar las cuentas de su principal deudor: Argentina, a la que le prestó casi 50 mil millones de dólares para salvar al gobierno macrista de caer por la crisis de la deuda que generó en la primera parte del periodo 2015 - 2019.
Este miércoles, el denominado equipo técnico del FMI emitió un comunicado sobre la situación de Argentina. Dice que "no es sostenible la deuda" y que los prestamistas ajenos al organismo van a tener que hacer "una contribución apreciable" para que el país no quiebre.
En dos párrafos centrales del comunicado se lee textual:
"Desde julio de 2019, el peso se ha depreciado en más del 40 por ciento, el riesgo soberano ha aumentado cerca de 1100 puntos básicos, las reservas internacionales han disminuido alrededor de US$ 20 mil millones y el PIB real se ha contraído más de lo que había sido proyectado. Como resultado, la deuda pública bruta aumentó a cerca de 90 por ciento del PIB a fines de 2019, 13 puntos porcentuales más que la proyección en el momento de la Cuarta Revisión. Además, dadas las profundas dificultades de financiamiento que surgieron, desde agosto 2019 se han adoptado medidas para mitigar la fuga de capitales y extender el vencimiento de ciertas deudas. Al mismo tiempo, se ha tenido que recurrir al Banco Central para financiar parte del déficit fiscal.
"A la luz de estos desarrollos, y sobre la base del análisis de la sostenibilidad de la deuda de julio de 2019, el personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible. Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible. En consecuencia, se requiere de una operación de deuda definitiva, que genere una contribución apreciable de los acreedores privados, para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad. El personal del FMI hizo hincapié en la importancia de continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en la eventual operación de deuda".
El organismo comunicó que su directora General, "Kristalina Georgieva, se reunirá con el ministro de Economía, Martín Guzmán, a efectos de definir los próximos pasos de la relación entre el FMI y la República Argentina". El encuentro ocurrirá en la próxima reunión de Ministros de Finanzas del G20.
El FMI no sólo cambió a su directora General, Christine Lagarde, sino a casi todos los funcionarios que estuvieron vinculados con la operación más grande de la historia del organismo, que estuvo destinada a financiar al gobierno de Macri de forma que tuviese posibilidades de ir por la reelección a las elecciones del año pasado.
Macri pactó el préstamo con Lagarde sin pasar por el Congreso de la Nación. Antes de dejar el poder, despojado por la ciudadanía a través de las urnas, Macri usó 47 mil millones de dólares del Fondo. En su gran parte eso dólares se fugaron. La economía nunca dejó de caer desde que el FMI otorgó semejante montó al gobierno macrista, que agotó la disponibilidad de los prestamistas privados en la primera mitad de su gestión y se abrazó al FMI con salvavidas para terminar el mandato.
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