"Minería verde". "Minería sustentable". Esa es la propaganda bajo la cual el gobierno de Alfredo Cornejo y los empresarios del lobby minero insisten en avanzar con sus planes extractivistas pese a las restricciones que plantea la Ley 7722 en Mendoza.
Esta semana volvieron a insistir en el Foro de Inversiones y Negocios con esas premisas en pos de posicionar los proyectos de extracción de cobre en Malargüe, tres de los cuales pertenecen al empresario Marcelo Mindlin. El que abrió el camino, Cerro Amarillo, fue cuestionado por las Asambleas por el Agua por violar leyes ambientales provinciales y nacionales y por saltearse la recomendación del IANIGLA acerca de los glaciares en la zona de explotación.
"En el proceso minero a gran escala para la extracción de cobre, se utilizaría sustancias tóxicas altamente contaminantes como reactivos de flotación correspondientes a poliacrilamida acrilato de sodio, de metil isobutil carbinol y alcohol isobutílico y productos derivados del xantato", señalaron en un documento emitido tras la media sanción que le dio el Senado a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) enviada por Rodolfo Suarez, que no es otra que la que envió Francisco Pérez en 2014 y en ese momento la oposición desaprobó.
No obstante, el Ejecutivo avanza con la extracción de cobre bajo una premisa de supuesta "sustentabilidad".
El supuesto cobre verde
En el mencionado foro, se buscó instalar "la demanda de minerales extraídos de forma 'sostenible'” (las comillas son de un documento público del Gobierno).
"La provincia tiene capacidad para producir 500.000 toneladas cúbicas con solo 4 proyectos cupríferos y 1.500.000 toneladas cúbicas con 8 que podrían desarrollarse", según el estudio presentado en el foro bajo el nombre de "Pilares".
“Mendoza puede aprovechar su potencial geográfico, su rica geología, sus capacidades humanas y tecnológicas y su experiencia y tradición industrial para dar un salto de prosperidad en torno a un desarrollo minero moderno, que dinamice la economía y genere empleo de calidad, a la vez que cuida cuencas hídricas y ecosistemas”, afirma el estudio. Además, puntualiza que para 2050 se necesita más cobre que lo producido desde 1900 hasta hoy en todo el mundo.
El trabajo fue presentado por Osvaldo Urzúa, quien además de dirigir la consultora minera Karungen, es doctor en Política de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Sussex, Reino Unido; MBA de Esade (España) e ingeniero industrial por la Universidad de Chile.
“Son cinco pilares para llegar a que Mendoza sea un actor central. Primero, condiciones para impulsar inversiones para conocer y desarrollar el recurso y mantener continuidad operacional. Segundo, encadenamientos es decir, condiciones para disponer de proveedores y capital humano productivo y confiable e I+D+i pertinente. El pilar tres son condiciones para desarrollar una minería con baja huella hídrica y ecoambiental, que ayuda a enfrentar o ser resiliente al cambio climático y a recuperar y cuidar los ecosistemas; el cuarto es la infraestructura logística, conectividad, energía y comunicaciones, y el quinto, la gobernanza y vocación territorial, es decir, condiciones regulatorias y de control, sociopolíticas macro y de aceptación e integración social en los territorios que permite atraer inversiones”, explicó Urzúa.
