Por Democracy Now
Mientras miles de personas, de costa a costa, se han lanzado a las calles estos últimos días para protestar por el asesinato, sancionado por el Estado, de personas negras, el país se enfrenta a la mayor crisis de salud pública en generaciones y la tasa de desempleo es la más alta desde la Gran Depresión, el profesor Cornel West califica a Estados Unidos de “civilización capitalista depredadora obsesionada con el dinero, el dinero, el dinero”. West también establece conexiones entre la violencia estadounidense en el extranjero y dentro del país: “Hay una conexión entre las semillas que siembras de violencia externa e internamente”. Cornel West (Tulsa, 1953) es filósofo y activista por los derechos humanos y miembro de Socialistas Democráticos de América. Ha enseñado en la Universidad de Harvard y de Princeton. Su obra se centra en el estudio del papel de la raza, género y clase en la sociedad estadounidense.
Nermeen Shaikh-: Dr. Cornel West, ¿podría responder a lo que ha dicho el profesor Yamahtta Taylor? Estará lógicamente de acuerdo en que el asesinato de George Floyd ha sido un linchamiento. Usted también ha expresado que este asesinato y las manifestaciones que se han producido después demuestran que EE.UU. es un experimento social fallido. ¿Podría responder a eso y también a la manera en que el Estado y las fuerzas policiales han respondido a las manifestaciones, tras el asesinato de George Floyd, que ha sido llamar a la Guardia Nacional en tantas ciudades y estados del país?
Cornel West-: No cabe ninguna duda de que esta es la hora de la verdad para Estados Unidos. Pero lo que me gustaría es establecer la conexión entre lo local y lo global, porque cuando se siembran las semillas de la avaricia: en la arena doméstica, desigualdad y, en la arena internacional, los tentáculos imperiales, con 800 unidades militares en el exterior, la violencia y AFRICOM en África, cuando se apoyan diversos regímenes, algunos dictatoriales en Asia, y todo lo demás. Hay una relación entre las semillas de la violencia que siembras fuera y también dentro. Lo mismo puede decirse de las semillas del odio, del supremacismo blanco que odia a las personas negras, del odio antinegros, que tiene su propia dinámica en el contexto de una civilización capitalista depredadora que está obsesionada con el dinero, dinero, dinero, la dominación de los trabajadores, la marginalización de los que no encajan (hermanos gais, hermanas lesbianas, transexuales y demás). Esa es precisamente la relación de la que habla mi querida hermana profesora Taylor, de cómo el imperio estadounidense está implosionando, de cómo se están tambaleando sus cimientos, a raíz de las sublevaciones desde abajo.
El catalizador ha sido, sin duda, el linchamiento público del hermano George Floyd, pero los fallos que tiene la economía capitalista depredadora para satisfacer las necesidades básicas de comida, asistencia sanitaria y educación de calidad, de trabajos con un salario digno y, por otra parte, la desintegración de la clase política, la desintegración de la clase profesional. Su legitimidad ha sido puesta en tela de juicio de forma radical desde una perspectiva multirracial. Pero esa es la dimensión neofascista de Trump; esa es la dimensión neoliberal de Biden, de Obama, de los Clinton y de todos los demás. Y eso también incluye a una gran parte de los medios de comunicación; incluye a muchos de los profesores de universidad. Los jóvenes están diciendo: “Sois todos unos hipócritas. No os preocupa nuestro sufrimiento, nuestra miseria. Y ya no creemos en vuestra legitimidad”. Y eso desemboca en una explosión violenta.
Y ya está aquí. No quiero extenderme, pero me refiero a que ya ha llegado, que en mi opinión Ella Baker y Fannie Lou Hamer y Rabbi Heschel y Edward Said, y sobre todo los hermanos Martin y Malcolm, sus legados, en mi opinión, se han vuelto fundamentales, porque proporcionan el tipo de testimonio de la verdad; porque aportan la relación entre justicia y compasión con su ejemplo, con la forma de organizarse. Y eso es lo que hace falta ahora mismo. Una rebelión no es para nada lo mismo que una revolución. Y lo que necesitamos es un proyecto revolucionario no violento a gran escala que promueva una democracia de compartir: el poder, la riqueza, los recursos, el respeto, la organización, y que promueva una transformación fundamental del imperio estadounidense.
Amy Goodman-: ¿Y qué piensa, profesor West, del gobernador de Minnesota, que ha dicho que están investigando la relación de los supremacistas blancos con el saqueo y la quema de la ciudad, y luego del presidente Trump, que ha tuiteado que va a intentar incluir a Antifa, los activistas antifascistas, en la lista de terroristas (algo que no puede hacer) y William Barr [Fiscal general de EE.UU.] haciendo hincapié en lo mismo, que va a ir detrás de la extrema izquierda para investigarlos?
Cornel West-: Eso es ridículo. Ya sabe, se acordará, hermana Amy (con todo mi amor respeto), que Antifa me salvó la vida en Charlottesville. No cabe ninguna duda al respecto, que garantizaron la seguridad, ¿sabe? Así que la simple idea de que puedan ser candidatos para ser considerados una organización terrorista, mientras que la gente que estaba intentando acabar con nuestras vidas: los nazis, el Ku Klux Klan, que esos no sean candidatos para obtener el estatus de organización terrorista… pero eso es lo que va a pasar. Lo que va a pasar es que se va a producir una reacción neofascista dirigida por Trump y una restricción sobre lo que está pasando. Eso tiene que quedar muy claro. El neofascismo tiene esa clase de obsesión con la imposición militar para enfrentarse a cualquier tipo de desorden. Y por eso tenemos que fortalecernos frente a eso.
Pero hay algo más importante. Creo que tenemos que asegurarnos de que conservamos nuestro propio enfoque moral, espiritual, cualitativo, esencial, en cuanto a la verdad y la justicia, y no perder de vista ese saqueo legalizado que es la avaricia de Wall Street; los asesinatos legalizados de la policía; los asesinatos legalizados en el exterior: en Yemen, en Pakistán, en África con AFRICOM y así sucesivamente. Eso es en lo que tenemos que concentrarnos, porque toda esta energía de rebelión tiene que canalizarse a través de organizaciones que tengan sus raíces en la búsqueda de la verdad y la justicia.
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Cornel West es profesor de Práctica de la Filosofía Pública en la Universidad Harvard.