
Un culto al mito construido: el Indio Solari llegó a Mendoza en un vuelo charter, aterrizó antes de las dos de la tarde en la pista de la IV Brigada Área, no quiso ver a nadie antes de partir de las dependencias militares lindantes con el aeropuerto El Plumerillo con rumbo desconocido.
El artista que hizo una carrera por la vereda de enfrente del marketing del establishmen mantiene a un ejército de periodistas mendocinos corriendo de un lado para otro detrás de tal o cual versión sobre sus movimientos desde el miércoles en la tarde.
Que ya llegó, que va al hotel de Guaymallén, que se mudó al de Belgrano, que no llegó el miércoles, que llegó el jueves... Los medios buscan en hoteles y quintas. ¿Dónde dormirá? Es un interrogante que dispara versiones, ninguna fue confirmada por Solari.
Se dice de él y el Indio espera decir lo suyo el sábado en la noche ante más de 100.000 personas especulan los especuladores. Mientras tanto, una foto de Solari en uno de los pasillos a cielo abierto del edificio de la IV Brigada subió a internet y circuló.
Al mismo tiempo, en San Martín los devotos del pastor Solari despliegan todo el folklore de las bandas esperando la misa, con reacciones de todo tipo en el pueblo del Este.