Un total de 5.641 personas murieron desde el pasado 3 de enero en enfrentamientos entre facciones islamistas insurgentes en siete provincias sirias dentro del marco de la sangrienta guerra civil que ya lleva más de tres años.
Estos combates enfrentaron principalmente al Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) con otras brigadas, en su mayoría islamistas como el Frente el Nusra -filial de la red terrorista Al Qaeda en Siria, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización pro oposición con sede en Londres.
Una nueva evidencia de estos choques sucedió ayer cuando combatientes del EIIL ejecutaron y crucificaron a ocho islamistas que también peleaban en la provincia de Alepo, en el norte del país, para derrocar al gobierno de Bashar al Assad.
Según el observatorio, las víctimas fueron ajusticiadas en la localidad de Deir Hafer, en cuya plaza los cuerpos van a permanecer crucificados durante tres días.
En la ciudad de Al Bab, también ubicada en el este de Alepo, el EIIL había mantenido recientemente atado a una cruz a otro hombre durante varias horas como castigo por dar "falso testimonio", recordó la agencia de noticias EFE.
Durante 2013, los combates entre milicias insurgentes comenzaron a dominar parte del norte del país, mientras permitieron que el Ejército sirio y sus milicias aliadas se concentraran en el oeste, centro y sur del país, donde lograron importantes avances.
En los más de tres años que ya lleva la guerra civil, más de 165.000 personas murieron y alrededor de 9 millones tuvieron que abandonar sus casas y refugiarse dentro del país o en las naciones vecinas.
Dado que la violencia sigue marcando la mayoría de las regiones del país, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) lanzaron hoy un llamamiento conjunto a un alto el fuego con motivo del mes de Ramadán, que empezó hoy en ese país y en gran parte del mundo musulmán.
Los secretarios generales de los dos organismos, Nabil al Arabi e Iyad al Madani, instaron, en un comunicado conjunto, a "todas las partes militares" que combaten en Siria al cese de todo tipo de actos de violencia durante el mes sagrado, en el que los creyentes ayunan durante el día y se reunen en familia durante la noche.
Este llamamiento pretende "parar el derramamiento de la sangre de los sirios, disminuir su sufrimiento y permitir que las organizaciones humanitarias cumplan sus deberes en las zonas siniestradas", pidieron los dos dirigentes.
Fuente: Télam