Alfredo Cornejo comenzó a resolver la estrategia electoral del 2023 con una jugada viciada de nulidad que, no obstante, pasará. El gobernador Rodolfo Suarez no podía, pero irá de candidato a senador nacional.
¿Por qué? Porque el radicalismo cornejista puede hacerlo. En los últimos años se dio maña para atar los mecanismos institucionales del poder y sus intérpretes mediáticos a los intereses de Cornejo. Mendoza es Cornejo y viceversa. Lo saben, aún cuando desconozcan saberlo, quienes leen y, sobre todo, escuchan noticias por los medios habituales.
La movida para armar la próxima elección desde la presente tiene antecedentes. Cornejo es un habilidoso constructor de poder. Operador maldito en las épocas del ajuste iglesista, polifuncional con Cobos en Peltier 351, armador territorial mientras el kirchnerismo se tornaba imbatible hacia 2011 y colonizador de cuanto órgano de poder estuviese a mano una vez que llegó al gobierno provincial.
Cornejo construyó su candidatura a gobernador en el cierre de la interna para el 2011. Lo dejó a Roberto Iglesias de candidato, mientras se quedó con el partido y todos los cargos de la Legislatura. Con eso, sumado a la impericia evidente del peronista Francisco Pérez, Cornejo desembarcó sin oposición en el sillón de San Martín.
La ilusión presidencialista que alentaban los aduladores de Cornejo no es seria. Nunca lo fue, aunque en la debacle coyuntural del macrismo puro y duro le dio motivos para creer a los que suponen que el mundo se termina todos los días después de leer las noticias, que cuentan cómo vamos a algún país del caribe o a medio oriente, o a cualquier lugar que dé mal ese día.
El destino natural para el ex gobernador es volver por lo que dejó cuando entregó la banda a Suarez. Salvo la Fiscalía de Estado y la Sala Penal de la Suprema Corte, controla todos los mecanismos institucionales del poder, incluso la Procuración y la propia Corte, sin contar con una multitud de fiscales y jueces provinciales. El blindaje de Cornejo no tiene precedentes desde el '83. Ningún ex gobernador conservó el poder como Cornejo después de abandonar el despacho del mandatario provincial.
Cornejo volverá por la Gobernación de Mendoza en 2023. Dos años antes, resolvió la vida de Suarez el día después de la entrega del bastón. La primera candidatura a diputado nacional del 2023, que era el lugar natural del gobernador, ahora será prenda de cambio del ex gobernador para volver a ser.
Hasta el 2023 falta una vida. Puede ser mucho tiempo o nada, depende cómo transcurra esa vida. Sea como sea, Cornejo resolvió una vida antes la rosca electoral de la próxima, si las variables principales se mantienen.
¿De qué se trata? No debería tener problemas para imponerse la lista del radicalismo en yunta con el Pro, los socialistas, los carriotistas y los tuministas, de Libres del Sur, entre otros sellos que ocupan cargos en la gestión y las listas. Dicen eso las encuestas más allá de quién las pague.
Todos en el Frente de Todos
El peronismo se armó en el Frente de Todos con una oferta que englobó a todos los sectores, sin dar sorpresa alguna entre los integrantes de las listas para el Congreso. Anabel Fernández Sagasti, delegada de Cristina Kirchner en la provincia, a la cabeza de la lista de senadores nacionales es la cara visible de la campaña por el lado del peronismo. La contracara sería el ex intendente de Maipú y varias veces candidato a distintos cargos, Adolfo Bermejo, que irá al frente de la boleta de diputados nacionales.
Hace dos años, Fernández Sagasti le ganó por décimas la interna por la candidatura a la Gobernación a Alejandro "Pulga" Bermejo, ex intendente de Maipú y hermano de Adolfo. Después, perdió por un abismo contra Suarez.
El Frente de Todos apostó ahora a una lista de unidad con los pocos intendentes que le quedan en la provincia adentro. La Intendencia más populosa que tiene es la de San Rafael, controlada desde hace dos décadas por los hermanos Félix, quienes quedaron terceros en el reparto de candidatos. Pusieron a Liliana Paponet abajo de Bermejo en la lista para Diputados de la Nación.
Los intendentes azules Martín Aveiro, de Tunuyán, y Roberto Righi, de Lavalle, son candidatos testimoniales sino buscadores de un milagro. Aveiro quedó abajo de Sagasti y Righi, abajo de Paponet. Para entrar necesitarían de mínima que las boletas que integran les ganen a las que encabezan Cornejo y Julio Cobos, de Cambia Mendoza.