El oficialismo le dio media sanción en el Senado a la Ley de Inteligencia que reconvierte a la Ex SIDE y actual Secretaría de Inteligencia en una agencia federal, con atribuciones recortadas para sus espías respecto a las que ostentan en la actualidad.
La oposición decidió realizar un acto público con fuerte cobertura mediática a la misma hora de la sesión, a modo de adelanto de los sectores que estarán a la cabeza de la marcha del 18 de enero, a un mes de la muerte de Nisman.
Luego de rendir un homenaje al fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, los senadores del Frente para la Victoria y aliados debatieron el proyecto de la nueva Ley de Inteligencia. La media sanción se concretó con 38 votos a favor y 7 en contra. El resto de los 72 senadores no estuvo en el recinto.
La oposición decidió realizar una audiencia pública en otro sector del Congreso y no presentarse a dar el debate en el recinto, a pesar de los cambios en la iniciativa que aceptó hacer el oficialismo durante su debate en comisiones.
El proyecto que envió la presidenta Cristina Fernández fue sometido a cambios hasta último momento para conformar al núcleo legislativo que aprobó la iniciativa.
Lo central del proyecto
Entre los puntos más importantes, se disuelve la actual Secretaría de Inteligencia (SI) y se crea la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) como organismo superior del Sistema de Inteligencia Nacional, que deberá quedar constituido en un plazo de 90 días.
En las disposiciones complementarias, se transfiere la totalidad del personal, bienes, activos y patrimonio de la actual SI a la AFI, con la excepción de la Dirección de Observaciones Judiciales (más conocida como "Ojota" y dedicada a escuchar teléfonos ajenos por orden de un juez), que pasará a manos de la Procuración General.
También serán transferidas a esta agencia las competencias y el personal que se requiera de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal. El nuevo director de la AFI será designado por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado, lo que no necesitará para removerlo. De conseguir aval, el director de la AFI tendrá rango de ministro y el subdirector general será secretario de Estado.
