La concurrencia comenzó a entonar "Che Gorila, che gorila..." cuando la mandataria interrumpió para pedir que "no" y dejar correr el recuerdo de Néstor Kirchner en rechazo a la hipótesis de que el antiperonismo pueda desestabilizarla, como pregonan sus adoradores.
"El único que me tocaba ya no está más", soltó la presidenta Cristina Fernández durante un acto que encabezó en la Casa Rosada cuando sus acólitos iniciaron el cántico de guerra: "Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina !qué quilombo se va a armar!".
La Presidenta no quiso escuchar ni el inicio de la arenga que el kirchnerismo duro puso de moda desde la multitudinaria manifestación que despidió los restos de Néstor Kirchner en octubre de 2010. Fue el primer grito de guerra espontáneo que surgió en el pico de la incertidumbre por lo que sería el kirchnerismo sin Kirchner.
La Presidenta llegó a pedir que cesara el cántico contra los "gorilas" tras reflexionar que "es increíble cómo la gente que tiene poco es tan agradecida, mientras que otros que lo tienen todo solamente agravian y descalifican".
En otro tramo, la mandataria dijo que llegó a este punto de su carrera política "desprovista de ambiciones", en lo que puede leerse como una señal respecto a la posición que adoptará frente a la escalada reeleccionista que surge desde el kirchnerismo. De inmediato, para completar el contenido de su pronunciamiento pidió "defender el modelo".
