Rusia intensificó este viernes sus bombardeos contra Kiev tras el naufragio del "Moskva", su buque insignia en el mar Negro, y el primero de estos ataques fue contra la fábrica de los misiles con los que los ucranianos dicen haber hundido la embarcación, ubicada a pocos kilómetros de la capital de Ucrania.
"El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev", anunció el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.
El funcionario detalló que durante las últimas horas destruyeron una fábrica de misiles tierra-aire a 30 kilómetros de la capital ucraniana, consignó la agencia de noticias AFP.
Se trata de la empresa Vizar que produce los misiles Neptune, el mismo tipo de armamento con el que los ucranianos aseguran haber atacado el "Moskva".
Rusia informó de una explosión en su buque insignia tras un incendio que no afectó a su tripulación de más de 500 hombres y luego confirmó el naufragio, en lo que representa un importante revés para sus fuerzas.
Para Estados Unidos, el "Moskva" fue alcanzado por dos misiles ucranianos antes de hundirse en el mar Negro, según declaró un funcionario del Departamento de Defensa estadounidense, que lo calificó de "gran golpe" para Rusia.
"Estimamos que lo golpearon con dos Neptunes", dijo a periodistas el funcionario del Pentágono, quien pidió el anonimato, desmintiendo así la versión de Moscú que asegura que su buque insignia lanzamisiles sufrió "daños graves" por un incendio y luego se hundió.
El funcionario estadounidense no confirmó, no obstante, la versión de que el Ejército ucraniano distrajo la defensa del "Moskva" con un dron en un costado del barco mientras los misiles de crucero antibuque Neptune lo alcanzaban desde el otro lado.
"Creemos que hubo víctimas, pero es difícil evaluar cuántas", dijo, y añadió que Estados Unidos tiene constancia de que los supervivientes fueron rescatados por otros barcos rusos en la zona.
El Kremlin también afirmó que Ucrania bombardeó pueblos rusos en la frontera, unas acusaciones rechazadas por Ucrania.
Según Kiev, son los servicios secretos rusos los que ponen en práctica "ataques terroristas" en esa región para alimentar la "histeria antiucraniana" en Rusia.
En el este de Ucrania, en la región del Donbass, Donetsk continúa siendo escenario de combates "en toda la línea del frente", en los que murieron tres personas y otras siete resultaron heridas, según la presidencia ucraniana.
Otra zona separatista, Lugansk, fue blanco de 24 bombardeos, que causaron dos muertos y 10 heridos, según la misma fuente.
Por otro lado, la fiscalía general ucraniana informó este viernes que siete civiles murieron y 27 resultaron heridos en un ataque atribuido a los rusos contra un micro que evacuaba personas de la región de Jarkov, también en el este.
Los ataques en Mariupol
Uno de los puntos más calientes de la guerra sigue siendo Mariupol, un puerto estratégico del mar de Azov asediado desde hace más de 40 días por el ejército que comanda el Kremlin.
Según el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, en las últimas horas las fuerzas rusas atacaron Mariupol con misiles de largo alcance, utilizando este recurso por primera vez desde que comenzó la guerra.
El vocero también dijo que continúan los combates callejeros, como por ejemplo en la siderúrgica Illich, cerca de la localidad, aunque Moscú asegura que esa zona está bajo control de sus soldados.
La conquista de Mariupol sería una victoria importante para las fuerzas rusas, ya que les permitiría consolidar su posición en el mar de Azov, uniendo el Donbass y la península de Crimea, que Moscú se anexó en 2014.
En cuanto a las reacciones internacionales, el papa Francisco aseguró este viernes que el conflicto "golpea mucho" a Europa y como gesto simbólico invitó a una familia rusa y otra ucraniana a participar juntas del tradicional Vía Crucis en el Coliseo romano, como parte de las celebraciones de Pascua.
Por otra parte, el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, abogó por enviar más armas a Ucrania, al argumentar que el país "no debe perder" la guerra y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, "no debe" ganarla.
Estas declaraciones se producen en momentos en que la Unión Europea (UE) debate sobre qué tipo de armamento es conveniente enviar a las fuerzas ucranianas.