
El exsubcomisario Luis Edgardo Ramírez, quien asesinó de un disparo en el pecho a Matías Domínguez en otro resonante caso de gatillo fácil de la Policía de Mendoza, zafo de ir preso por un juicio abreviado que lo condenó a 3 años de prisión en suspenso.
Este martes iba a empezar el juicio por jurados contra el ex policía, pero las dos partes acordaron una condena de tres años de prisión en suspenso más una inhabilitación para ejercer funciones públicas por seis años. A cambio, Ramírez admitió ser culpable de homicidio culposo. Es decir, que fue un supuesto accidente.
Informe Explícito: gatillo fácil en Mendoza, una constante desde 1983
Domínguez recibió el disparo en medio de un operativo policial en el que los agentes buscaban estupefacientes en el barrio Santa Teresita, de Las Heras. Los vecinos repelieron a la policía y en el tumulto, el subcomisario dejó de disparar balas de goma para tomar su pistola reglamentaria. Un disparo hirió de muerte a Domínguez, quien al parecer había quedado en medio de disparos policiales contra vecinos del barrio que intentaban evitar la detención de otro hombre.
El largo historial de violencia institucional y policial en Mendoza ha merecido reclamos de organismos de Derechos Humanos en organismos internacionales
Domínguez fue trasladado en una camioneta hasta el Hospital Carrillo, donde falleció producto de un disparo en el centro del pecho.
Apenas se conoció el deceso Domínguez, el Ministerio de Seguridad y los medios de comunicación masivos desplegaron una serie de "informaciones" típicas de las operaciones de sentido en los casos de gatillo fácil y que tienen como objetivo ensuciar a la víctima para justificar el accionar policial.
Los voceros de la policía soltaron detalles del pasado de Domínguez, atribuyéndole antecedentes.
Un crimen que compiló la Correpi
Junto a otros dos casos, el asesinato de Domínguez fue registrado por la Correpi en el informe que compila el panorama nacional de personas asesinadas por el Estado en 2021.
Completaron el registro de violencia institucional los crímenes de Facundo Kako Martínez, asesinado por un agente de la Policía Federal por pasarse un control mientras trabajaba como fletero y Gustavo Daniel Giménez, fusilado por el policía Nicolás Moreno mientras vendía pulseras en la plaza de San Martín,