Más de 487.000 personas permanecen en 2.467 centros de evacuación. Pidieron voluntarios para empaquetar la ayuda humanitaria que será distribuida entre los afectados.
La Cruz Roja estima que habría 1.200 muertos por el tifón en Filipinas, uno de los fenómenos naturales más fuerte de la últimas tres décadas en Filipinas, que tocó tierra en varios puntos de su territorio con vientos de más de 300 kilómetros por hora.
Voceros de la Cruz Roja filipina estimaron que "unas mil muertes" se registraron sólo en la ciudad costera de Tacloban -la más afectada por el fenómeno-, mientras "otras 200" se produjeron en el resto de la provincia de Samar, informó la agencia de noticias Ansa.
"Nuestros equipos han visto cuerpos de unas mil personas. El dato es reporte de gente que trabaja en el lugar de los hechos. Lo mismo en Samar", dijo Gwendolyn Pang, secretaria general de la entidad, a medios internacionales.
A pesar de los cálculos de la Cruz Roja, el número de muertos oficial es inicialmente de 138, mientras que otras 14 personas resultaron heridas y al menos 4 están desaparecidas, según indicó en su último informe el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres del país.
En tanto, el Ministerio de Bienestar Social y Desarrollo apuntó que más de 487.000 personas se encuentran en 2.467 centros de evacuación, y pidió ayuda de los voluntarios para empaquetar la ayuda humanitaria que será distribuida entre los afectados, señaló la agencia Efe.
Reynaldo Balido, portavoz del organismo gubernamental, indicó que se espera que las cifras de víctimas aumente en las próximas horas cuando lleguen los informes de las zonas devastadas, muchas de ellas con lógicos problemas en sus comunicaciones.
En tanto, Sebastián Rhodes Stampa, trabajador de Naciones Unidas en Tacloban, contó que el tifón dejó "una devastación comparable a la del tsunami que barrió la zona en 2004, cuando murieron 220.000 personas".
Aseguró además que "las labores de rescate serán muy difíciles porque hay automóviles y escombros por todas partes y las calles son intransitables. Sólo se puede acceder a los afectados con helicópteros" y señaló que en la ciudad "no hay agua, alimentos ni electricidad".
Los teléfonos satelitales funcionan de manera esporádica, lo que dificulta cualquier comunicación y aún se desconoce la real situación de los habitantes de las islas apartadas y no se sabe si hay extranjeros entre las víctimas.
Líderes mundiales como el Papa Francisco, la canciller alemana, Ángela Merkel, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, manifestaron su solidaridad y anticiparon que enviarán ayuda a Filipinas.
Las imágenes que llegan de Tacloban muestran montañas de ruinas, casas destruidas, niños solos, y heridos que caminan descalzos por encima de los escombros.
Tacloban se encuentra en una bahía en la isla de Leyte, por donde pasó el ojo del tifón, donde olas gigantes inundaron las calles de la ciudad.
Haiyan (llamado también Yolanda) se presentó con vientos sostenidos de hasta 300 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 275 al tocar tierra en las provincias orientales y centrales de Samar Oriental, Leyte, Cebu y Iloilo, informó la oficina meteorológica nacional Pagasa.
Antes de la llegada de este último tifón a Filipinas, el vigésimo cuarto del año, los meteorólogos habían advertido que podría tener un efecto devastados mayor que el tifón Bopha, que en 2012 dejó cerca de un millar de muertos.
El tifón siguió en las últimas horas su curso sobre el mar de China Meridional en dirección a Vietnam, donde fueron puestos en alerta 450.000 soldados y medio millón de personas fueron evacuadas de las zonas costeras, ya que se espera que llegue el domingo a ese país.
Un tifón y un huracán son el mismo fenómeno: grandes tormentas con mucha precipitación de agua y vientos feroces. La diferencia es que los huracanes se crean en el océano Atlántico y los tifones en el Pacifico, según la definición del sistema de meteorología de Naciones Unidas (ONU).