Durante la edición 2010 del Festival de Tango de Buenos Aires, la Orquesta Típica Ciudad Baigón sacudió la programación con un concierto dedicado a recorrer el repertorio de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. El ensamble dirigido por el pianista Hernán Cabrera abordó, en clave ciudadana, canciones como “Salando las heridas”, “Nuestro amo juega al esclavo”, “Semen up” y el “Blues de la artillería” (que ya había tenido su versión tanguera en manos de la uruguaya Maia Castro).
Tiempo después, el recital fue correspondido con un mail del propio Indio Solari y comenzó un intercambio de ideas. Finalmente, cuando empezaban a planear el repertorio para su tercer disco, Ciudad Baigón convocó a Solari para participar. El resultado fueron dos letras inéditas (“las más tumberas”, apuntó el ex-cantante de los Redondos) que el grupo musicalizó e incluyó en el flamante Elogio de la oscuridad: "Las ventajas de rezar solo" y "Una manera difícil de cantar un gallo".
"Más allá de ser un mito viviente y de que como letrista es un genio, admiro el tratamiento melódico y el modo en que construye sus canciones –le dijo recientemente Cabrera a Humphrey Inzillo, periodista de la revista Rolling Stone-. Los Redondos para nosotros son una influencia tan importante como Troilo y Pugliese".
Las ventajas de rezar solo
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Una manera difícil de imitar un gallo
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