Finlandia se convirtió hoy en el socio 31 de la OTAN, una histórica decisión cuyo detonante fue la invasión rusa a Ucrania que duplicará la extensión de la frontera que la alianza tiene con Rusia, y que originó también la furia del Kremlin, que prometió responder.
El canciller finlandés, Pekka Haavisto, entregó el documento que oficializa la inclusión del país en la alianza militar al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en la sede de la OTAN en Bruselas, informaron las agencias de noticias Sputnik y AFP.
"Declaramos a Finlandia el miembro número 31 de la alianza", dijo Blinken tras recibir el documento de parte de Finlandia.
El presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, dijo por su parte que la adhesión de Helsinski es el inicio de "una nueva era".
"La era del no alineamiento en nuestra historia llegó a su fin. Empieza una nueva era", dijo Niinisto antes de que la bandera de la alianza transatlántica se izara en la sede de la OTAN en Bruselas, coronando un proceso iniciado el año pasado.
Poco después, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, elogió la adhesión y recordó que coincide con el 74 aniversario de la firma del tratado fundacional de la OTAN el 4 de abril de 1949.
"Cuando (el presidente ruso, Vladimir) Putin lanzó su brutal guerra de agresión contra el pueblo de Ucrania, pensó que podía dividir a Europa y la OTAN. Estaba muy equivocado", agregó el mandatario.
NATO Foreign Ministers are meeting in Brussels
???????? Ceremony for Finland’s accession to NATO
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— NATO (@NATO) April 4, 2023
"Hoy estamos más unidos que nunca. Y juntos, fortalecidos por nuestro nuevo aliado, Finlandia, continuaremos preservando la seguridad transatlántica, defendiendo cada centímetro del territorio de la OTAN y superando todos y cada uno de los desafíos que enfrentamos", declaró.
El ingreso finlandés se traducirá para la OTAN en una ampliación de 1.300 kilómetros adicionales de frontera directa con Rusia, un aporte de 280.000 soldados y uno de los mayores arsenales de artillería en Europa.
"El presidente ruso Vladimir Putin quería cerrar la puerta de la OTAN. Ahora mostramos al mundo que ha fracasado, que las agresiones y la intimidación no funcionan", dijo hoy el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg.
"Finlandia ahora tiene los más fuertes amigos y aliados en el mundo", agregó.
Por su parte, Blinken dijo que era "verdaderamente un día histórico", y añadió que el paso fue posible por la invasión rusa a Ucrania.
"Tengo la tentación de decir que es algo que debemos agradecer al señor Putin, porque ha precipitado algo que quería prevenir", dijo el funcionario estadounidense en una declaración junto a Stoltenberg.
Blinken, cuya oficina es la guardiana del tratado fundacional de la alianza, recibió de parte de Turquía su ratificación de la adhesión de Finlandia, y procedió a invitar formalmente a ese país a sumarse.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que Moscú no dejará sin respuesta el ingreso del país en la organización, porque representa una nueva escalada de tensión en las relaciones con la alianza.
"Eso nos obliga a tomar contramedidas para garantizar nuestra seguridad", dijo Peskov, quien agregó que el Kremlin actuará en función de cómo la alianza "utilice el territorio" finlandés y si despliega su infraestructura cerca de la frontera rusa.
Para el presidente ruso, Vladimir Putin, la adhesión de Finlandia constituye un fuerte revés estratégico, ya que detener la expansión de la OTAN y debilitar la cooperación occidental era uno de los objetivos declarados de la invasión a Ucrania. El resultado ha sido exactamente lo contrario.
Luego de la destrucción de la Unión Soviética en 1991, la alianza atlántica se comprometió -afirma el Kremlin- a no expandirse "ni una pulgada hacia el este".
Esa promesa incumplida es puesta de manifiesto permanentemente por Putin, entre las motivaciones de la invasión a Ucrania, pero los gobiernos de occidente aseguran que quien primero rompió los acuerdos fue Moscú, con sus políticas injerencistas en Georgia, Chechenia y Crimea.
Finlandia se convertirá en el séptimo país báltico en ingresar en la OTAN, aislando aún más el acceso costero de Rusia a San Petersburgo y a su pequeño enclave de Kaliningrado.
El año pasado, tras la invasión rusa a Ucrania, los países de la OTAN invitaron formalmente a Finlandia y Suecia a adherir en forma plena a la alianza.
Suecia aún tendrá que seguir negociando, ya que su candidatura de adhesión sigue vetada por Turquía y Hungría.
La adhesión formal de Finlandia a la OTAN significa que el país queda automáticamente protegido por el Artículo 5 de la alianza, según el cual, un ataque a uno de los países miembros es considerado también como un ataque contra todos ellos.
Si bien durante décadas y a pesar de su historia de tensiones con Rusia Finlandia optó por ser apenas un asociado de la OTAN, la ofensiva de Rusia en Ucrania convenció al país a abandonar su política de no alineamiento automático y buscar la protección de la alianza.
Suecia, en cambio, tendrá que esperar antes de que su bandera sea izada en la sede de la OTAN.
Turquía se resiste a dar luz verde a la adhesión de Suecia porque ese país concede refugio a dirigentes kurdos y a sospechosos de haber participado en el fallido golpe de estado de 2016.
En enero el gobierno turco reaccionó con furia a la decisión de Suecia de permitir que manifestantes extremistas de derecha realizaran una protesta frente a la embajada de Turquía en Estocolmo, donde incluso quemaron un ejemplar del Corán.
Los países de la OTAN mantendrán una cumbre en julio en Vilna, capital de Lituania, y los diplomáticos de la alianza esperan que esa reunión pueda marcar el ingreso de Suecia al grupo.