A pico y pala trabajan los obreros para levantar los puestos de venta en la sucursal de La Salada en Santa Rosa. A pico y pala también intentan voltearlo los comerciantes de San Juan y de San Luis, que salieron como coro de niños, pero versión furiosa, a potenciar el canto de sus pares mendocinos contra el emprendimiento que, según Jorge Castillo, CEO de la enorme feria de los ofertones, traerá más trabajo e inclusión, pero que es la cara misma del demonio para los que venden sus prendas a precio remarcado para pagar a los intermediarios del negocio.
El presidente de la Federación Económica de San Juan, Rubén Carrión, manifestó su rechazó a la feria de Santa Rosa: “Nos oponemos a este tipo de asentamientos porque son una competencia desleal. Afectan a la economía porque no pagan, ni tributan nada, todo lo que manejan está en negro y eso es perjudicial”, detalló. Para el dirigente, “esto es un golpe importante para el comercio que viene mal desde hace mucho tiempo”. Frente a críticas como la de Carrión, Castillo ha reiterado que todos los puestos tributan los correspondientes impuestos y que no hay tal trabajo en negro como patalean los que manejan el negocio, sino que lo que molesta, en verdad, son los precios competitivos.
Sin vueltas, otro sanjuanino dijo que los comerciantes de esa provincia moverán cielo y tierra para impedir el éxito de La Salada en Mendoza. Se trata del presidente del Centro Comercial de Santa Lucía, Eduardo Giménez, quien citado por el diario El Zonda remarcó: “No nos podemos meter con un reclamo en otra provincia. Pero como volteamos en su momento la instalación de una Salada en Rawson el año pasado, vamos a trabajar por voltear cualquier intento de instalación en cualquier parte de la provincia”.
Con otra postura, el titular de la Cámara de Empresarios de Rivadavia, de San Juan, Marcelo Masciadri, admitió que la feria tendrá “una ubicación muy buena, porque complementan las posibilidades de venderle a Cuyo y Chile”. Los talleres de corte y confección con cooperativas de trabajo en la zona, agregó, “va a transformar todo lo que tiene que ver con el negocio textil. Creo que todo lo que sea confección con tela en San Juan se va a complicar muchísimo”, argumentó. A entender de Masciadri, toda la gente que compraba en La Salada, ahora comprará en Mendoza, en una localidad muy cercana a San Juan.
En San Luis agitan el fantasma del perjuicio comercial desde que en agosto del año pasado Castillo puso el dedo gordo del pie para tantear cómo viene la temperatura del negocio. Mientras que en Mendoza le saltaron a la yugular desde la Federación Económica de Mendoza, en San Luis desde entonces fustigan a Castillo a través de la prensa ante la posibilidad de que los que instales allí sus puestos quieran llevarse aunque más no sea un confite de la enorme torta de ganancias.
El que lleva la voz cantante en esa provincia es el presidente de la Cámara de Comercio, Vito Carmosino. Con el mismo discurso de los comerciantes de la tierra de Gioja, Carmosino instiga a los comerciantes a revelarse ante la llegada de La Salada a Santa Rosa.
“Es algo que debe preocupar a todos los sectores porque si se instala va a perjudicar enormemente a la actividad comercial y hasta podría desembocar en una gran pérdida de fuentes de trabajo”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio, Vito Carmosino, a El diario de la República. En ese diario este sábado presentaron un extenso informe donde los comerciantes ningunean las ofertas de La Salada porque, sostienen, los puntanos "siempre prefieren las prendas de marca".
La Salada en Mendoza estará en el predio ubicado en el kilómetro 962 de la ruta 7, de Las Catitas.