Lanús le dio un baile a River en el Monumental para meterse en semifinales de la Copa Sudamericana

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El Granate le ganó al Millonario 3 a 1 con goles de Diego González, Santiago Silva y Víctor Ayala. Mientras que el colombiano Teófilo Gutiérrez descontó para el local.

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Todavía estaban lejos de acomodarse al terreno cuando el Pultipo González ya había silenciado al Monumental después de una buena jugada individual de Santiago Silva. El Pelado, con pasado en Boca, de un saque de arco de Marchesin generó peligro. La pisó en el área, aguantó, la punteó, y cedió para el ingreso de Somoza, que le pegó de primera. Su remate se topó con otro de los mediocampistas, González, que de taco desvió la pelota con el ángulo superior como destino final.

Una obra de arte para eliminar a River de la Copa Sudamericana. O al menos para hacerlo sentir así al comienzo del partido, cuando todavía sobraba tiempo para que Fabbro-Menzeguez-Teo revirtieran la historia. O lo intentaran. La ida de los cuartos de final había terminado en cero hace apenas una semana, hoy era ganar o ganar.

Rápido se quemaron los papeles de Ramón Díaz ante un resultado parcial que le puso el estadio en contra y dejó al equipo a la deriva. De a poco empezó a pisar fuerte el Millonario, atacando por el sector izquierdo de Marciano Ortiz, donde Laucha Acosta no bajaba a relevar, dejando un hueco que Kranevitter bien supo aprovechar. El tema es que en un principio sus desbordes terminaban siempre en un buen rechazo de Paolo Goltz, firme ante la marca de Gutiérrez.

Para colmo de males, cumplida la media hora de juego, el Granate encontró el segundo gol en los pies de Santiago Silva. Un rechazo de Maxi Velázquez encontró a Lucas Melano. El cordobés desbordó y buscó a Acosta de rastrón, Laucha, rápido de reflejos, amagó con tocarla y dejó pasar para que Silva la empuje al arco vacío.

Segundo cachetazo de la noche para un equipo local al que se le hacía muy cuesta arriba la situación sabiendo la necesidad de convertir dos goles para meterse en semifinales sin la necesidad de recurrir a los penales, y que ahora precisaría marcar tres cuando mayormente no puede ni meter el primero.

Al poco tiempo, antes del cierre del primer capítulo, Fabbro tuvo un “penal con barrera” que podría haber sido el descuento, pero su remate se estrelló contra el caño izquierdo de Marchesin. Ni esa le salía a River.

En el complemento Ramón metió tres cambios: adentro Lanzini, Carbonero y Maidana, afuera Ponzio, Vangioni y Bottinelli, culpable del 0-1. Era momento de volcarse definitivamente al ataque, ya sin táctica ni estrategia, solo probar con la rebeldía le quedaba al anfitrión. Lo intentó, sin mayores réditos ante un rival concentrado y compenetrado con la causa.

Pasaban los minutos con un Millonario cada vez más lejos de la Copa Libertadores del año próximo, y quedándose sin objetivo alguno para este 2013. Lo único que le queda a Ramón Díaz es esperar que el año termine lo más rápido posible para dejar atrás un semestre nefasto soñando con un futuro mejor, con nuevas autoridades en la institución. Como esta noche, cuando el DT esperaba ansioso el pitazo final pero la velada le tenía otra sorpresa preparada.

Lautaro Acosta volvió a desnivelar, buscó a Víctor Ayala, y el paraguayo definió cruzado al 3-0 que destapó los insultos desde las tres tribunas para con el equipo, el presidente y el director técnico. Sólo el pibe Kraneviter se salvó, ni Teo Gutiérrez pese a marcar el descuento, sobre la hora. Los hinchas, fastidiosos, gritaron el ya clásico: “La camiseta de River se tiene que transpirar…”, y también pidieron por Fernando Cavenaghi, en un claro mensaje a Daniel Passarella, y por David Trezeguet, relegado por Ramón Díaz en agosto.

 

Los goles

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Gráfico

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