El SUTE definirá entre viernes y sábado cómo seguirá su plan de lucha tras el paro de cinco días y dos masivas movilizaciones por los salarios de pobreza y el decretazo de Rodolfo Suarez. Mientras tanto, el Ejecutivo buscó en las últimas aislar al sindicato, mostrando a AMPROS y a otros gremios que sí aceptaron la oferta oficial, como ejemplo de concordia.
Después de buscar en vano el repudio de las familias al paro -y lograr más bien el efecto contrario, con gran apoyo de toda la comunidad educativa a los huelguistas- el Gobierno fue por otra estrategia: mostrar al SUTE como díscolo frente a otros gremios que sí aceptaban.
Los gremios que no aceptan someterse al decretazo explicaron que no implica lo mismo el aumento de 44% en los salarios de diciembre de 2021 para los profesionales de la salud que cobran por encima de 100.000 que para un estatal por debajo de la línea de pobreza. Para muchos trabajadores la suba representa un aumento de poco más de 8 mil.
Suarez se sirvió de los medios masivos para informar que, además de AMPROS, había logrado acuerdos con Contaduría General, Tesorería General, Fiscalía de Estado y Dirección Provincial de Vialidad. Nada dijo de los otros sindicatos excluídos del diálogo: además del SUTE, ATE, Judiciales, Juegos y Casinos, SITEA y autoconvocados, que no entraron en la lógica "acepta o acepta".
En ese contexto, los trabajadores de la educación harán este viernes plenarios departamentales y votarán cómo seguir después de una semana en la que el Gobierno no sólo se mostró indolente en los salarial, sino que profundizó la persecución para los que protestaron.
El sábado, en tanto, en el teatro Imperial de Maipú se hará el plenario provincial, donde ya se delinearon algunas propuestas. Una de ellas, de la conducción, es un paro de 96 horas por regiones y la instalación de una carpa blanca.