"Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que ho hay una cerradura?"
Con esas palabras inicia La casa de Asterión, uno de los cuentos de El Aleph, de Borges, al que Marcelo Marchese, ilustrador mendocino, le dio cuerpo de lápiz y papel. Uno de esos gloriosos dibujos ilustra una de las tapas de la revista Fierro.
Fierro volvió al ruedo y sumó como colaborador al mendocino después de que su director, Lautaro Ortiz, apreciara la calidad de sus trabajos en una muestra sobre Borges en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
Escaparate de la historieta nacional desde los 80, la revista es, en palabras de Marchese, "legendaria. Rompió todos los cánones de l historieta clásica con grandes aciertos" y el proyecto lo entusiasma en particular.
Sobre su participación en el número dos -que puede verse aquí- señaló a EXPLÍCITO: "El director de la revista vio mis dibujos en la muestra 'Dibujantes de Borges'. Sasturain como es sabido es uno de los fundadores y dirigió Fierro por más de 10 años, y así fue que me contactaron para la nueva temporada de Fierro".
"Ese minotauro maravillosamente exhausto después de la gran comilona en el laberinto de Creta, nos estará vigilando durante todo este mes", anuncia la revista la portada de Marchese.
Agregó el ilustrador que la vuelta de Fierro "viene muy bien esta temporada, están reeditando historietas de Oesterheld y otros autores de distintas épocas".
Marcelo es, además de artista gráfico, un reconocido muralista. Muchas de las paredes de la capital de Mendoza llevan su sello, que ha estampado también en hostels, casas y en esquinas emblemáticas.
-¿Cómo fue trabajar con esta pandemia? ¿Has tenido trabajos?
-Sí. Al principio hubo mucha sequía y un poco de incertidumbre, pero después le fui buscando la vuelta. Trabajé un poco para afuera, para Italia, México Francia. Vendí por las redes retratos, caricaturas y encargos particulares. Las editoriales pararon todas las producciones. Vendí láminas e hice dibujos para bodegas en etiquetas y gráficas.