
Este martes 9 de diciembre, la Legislatura de Mendoza aprobó la ampliación del Distrito Minero Occidental de Malargüe (MDMO), otorgando fuerza de ley a un protocolo de actuación para proyectos mineros en zonas de glaciares y periglaciares.
Milei quiere habilitar la minería en periglaciares, Cornejo lo habilita con un protocolo aprobado esta semana en la Legislatura
Con esta decisión, la provincia se convierte en pionera en habilitar la exploración en territorios que hasta ahora estaban protegidos por la Ley Nacional de Glaciares (26.639). El movimiento no es menor: abre la puerta a una eventual modificación de esa norma a nivel nacional, tal como lo anticipó el presidente Javier Milei, inspirado por el gobernador Alfredo Cornejo.
El protocolo mendocino: ciencia y minería en la frontera del hielo
El documento aprobado, titulado “Guía de la Autoridad Ambiental Minera de Mendoza: Estudios de Glaciares y Ambiente Periglacial en Proyectos Mineros”, es un manual de diez páginas que establece pasos técnicos para identificar, caracterizar y eventualmente operar en zonas con reservas hídricas estratégicas. Su objetivo declarado es cumplir con la Ley Nacional de Glaciares y la normativa provincial, pero en la práctica crea un marco de certidumbre para que los proyectos mineros avancen en áreas hasta ahora vedadas.
La ministra Jimena Latorre defendió la iniciativa en la Legislatura, asegurando que “qué mejor que la autoridad competente local trabaje con ellos para completar esa información”.
Lo que deberían hacer las empresas
El protocolo exige a las compañías instalar estaciones meteorológicas que registren datos cada 30 minutos, elaborar mapas geomorfológicos a escala 1:10.000 e implementar redes de monitoreo hídrico con controles semestrales. En la etapa de exploración, los requisitos se intensifican: sensores de temperatura del suelo enterrados a 20 cm, series climáticas extensas para ubicar la isoterma de 0°C, tanques de evaporación y equipos para medir el espesor de la nieve.
El fin último es determinar la distribución del permafrost y calcular volúmenes de hielo y agua mediante tomografía eléctrica, métodos sísmicos y excavaciones de hasta 5,5 metros. La guía concluye que “es muy probable que el porcentaje de área a ser impactada sea muy reducido y el valor hídrico poco significativo”.
La ofensiva nacional: Milei y la Ley de Glaciares
El avance mendocino se inscribe en un contexto nacional marcado por la ofensiva de Javier Milei contra la Ley de Glaciares. El presidente confirmó que modificará la norma y reveló que la idea se la sugirió Cornejo. “Tenemos el potencial de crear de manera directa un millón de puestos de trabajo. Por eso es tan importante esta ley de los periglaciares. Hoy eso no está bien definido, los ambientalistas prefieren que uno se muera de hambre, es una actitud primitiva”, lanzó Milei.
La Ley 26.639 prohíbe explícitamente la minería en áreas con glaciares y ambientes periglaciares. Milei busca reducir esas áreas protegidas y devolver a las provincias la facultad de definir qué se considera periglaciar. “La contracara va a ser una gran inversión en minería”, aseguró, y remarcó que la iniciativa “ni siquiera es mía, es del gobernador Alfredo Cornejo”.
Malargüe, epicentro del debate
El epicentro del conflicto es Malargüe, donde se concentran proyectos mineros. El IANIGLA (Conicet) recomendó no avanzar con ocho proyectos y suspender nueve hasta contar con más información. El Gobierno provincial insistió en explorar y aseguró que completaría la información faltante después de aprobar la Declaración de Impacto Ambiental.
La ministra Latorre argumentó que la Ley de Glaciares lleva más de diez años sin reglamentarse y que el inventario nacional aún no ha cartografiado las zonas periglaciares.
La voz del IANIGLA: reservas estratégicas bajo amenaza
Tras los anuncios de Milei, el IANIGLA difundió un comunicado: “El Instituto desea aclarar que no ha sido informado ni consultado oficialmente sobre ninguna propuesta de modificación de esta Ley”. Recordaron que la norma sancionada en 2010 protege glaciares y ambientes periglaciares como reservas estratégicas de agua.
El organismo subrayó que el agua de Mendoza depende casi exclusivamente de la nieve, los glaciares y el ambiente periglacial. Los glaciares de escombros pueden contener entre un 35 % y un 70 % de hielo en su interior y aportar hasta un 50 % del caudal de los ríos en años de sequía. La actualización del Inventario Nacional reveló una reducción del 17 % en la superficie con glaciares en apenas una década.
Un precedente con proyección nacional
La aprobación del protocolo en Mendoza marca un antes y un después. Por primera vez, una provincia establece un marco legal para operar en ambientes periglaciares, desafiando la interpretación restrictiva de la Ley de Glaciares. El movimiento coincide con la ofensiva nacional de Milei y Cornejo y puede convertirse en antecedente para una reforma federal.
El debate está lejos de cerrarse: ambientalistas y científicos advierten que la afectación de los periglaciares puede comprometer el abastecimiento humano y agrícola en regiones áridas. Del otro lado, el Gobierno nacional y los gobernadores mineros prometen empleo, inversión y desarrollo.


