Con una elocuente crítica a la actuación de la Justicia y de la Policía de Mendoza, miles salieron a las calles en San Martín a reclamar justicia por Agostina Trigo, asesinada la semana pasada.
La marcha partió desde el Paseo de la Patria y terminó en la Municipalidad de San Martín, que estaba vallada por completo y con fuerte custodia policial. Esta vez, no hubo represión a los manifestantes, pero sí intensos operativos de diseminados en distintos puntos del pueblo y que incluyó pesquisas en el transporte público.
Familiares, vecinos y amigos de Agostina fueron acompañados por organizaciones sociales, feministas y políticas que clamaron por una justicia con perspectva de género. Estuvieron la madre de Agostina, Ivana Araya, y la abuela, Gladys Domínguez.
En la primera marcha tras el femicidio, la policía desplego un operativo represivo que incluyó detenciones al voleo de varias chicas y chicos que se manifestaron. El Procurador Alejandro Gullé admitió que hubo infiltrados que nada tenían que ver con los manifestantes. Tras la represión hubo imputaciones.
Con una velocidad mucho menor al accionar represivo y las imputaciones, la causa por el femicidio de la joven de 22 años está estancada.