Las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera no cesaron con el pacto firmado con un sector del arco político chileno. Tampoco paró la represión a mansalva de Carabineros. La violencia se instaló en el país trasandino.
Carabineros volvió a desplegar sus fuerzas este martes, ante una nueva protesta en la Plaza Italia. Los uniformados provocaron la reacción de los manifestantes lanzando a un hombre al río Mapocho. La víctima alcanzó a ser salvada. El rechazo de los manifestantes a semejante acción derivó en corridas y barricadas para repeler la represión.
Los participantes en la protesta en la plaza quedaron atrapados por un cerco formado por Carabineros.
La fuerzas policiales actuaron como lo vienen haciendo desde el principio del estallido social: con claras intenciones de mutilar a los manifestantes. Abundan las denuncias en ese sentido.
La manifestación se desarrolló bajo un intenso calor en la capital trasandina. Tuvo menos participación que la del día anterior, que acrecentó la convocatoria por coincidir con el primer mes desde el inicio del estallido social. El rechazo popular a la gestión de Piñera cobró fuerza después de que un grupo de estudiantes secundarios saliera a manifestar su rechazo al incremento del precio del boleto de subte.
Esa reacción estudiantil tuvo un efecto dominó que alcanzó niveles de popularidad extraordinarios. En un mes, Piñera anunció una serie de cambios en su política para tratar de frenar la bronca popular, pero fracasó en todos los intentos. Incluso, en el llamado a las fuerzas políticas para reformar la Constitución, que fue moldeada a gusto por el dictador Augusto Pinochet.