Y ahora estamos en vivo y en directo con un testimonio exclusivo en estos días que a todos nos conmueven. Acéquese al micrófono y cuéntenos señora: "Hola a todos. Tengo una prima, que se casó con un ingeniero, que era vecino de un verdulero, que tenía un amigo del secundario que se volvió rico y que tenía un caballo, que jugaba carreras, que nunca ganaba, y que se consolaba en el bar de un rockero, que estaba al lado, de la casa de un panadero, que le regalaba pancitos de queso, a la pulposa hija del fletero, linda infinita, que hacía guiños y tenía las fichas puestas en el sobrino nieto del empresario dueño de medio mundo quinielero, que vivía enfrente de la mansión del puñetero, que me parece que lo dejó la mujer por uno de los musculosos que arreglaba su jardín entre un numeroso séquito de obreros, que estaban asociados al sindicato de los jardineros, presidido por un cortador de pasto y parripollero, que se jugó un truco y le ganaba siempre el envido al farolero, que una vez, cuando iba a prender los candeleros de la iglesia de la santísima fragilidad, le pareció que pasaba un hombre igualito al que ahora es Papa. Y yo me siento más argentina que nunca". Conmovedor, volvemos a estudios.
Por Gabriela Valdés
@gabivaldes