A las 12.43, más de media hora después de lo previsto -en Labor Parlamentaria se había resuelto extender 15 minutos el horario de inicio de la sesión-, el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, dio por caída la sesión donde se iba a tratar un pedido de expulsión de los diputados que se encontraron con genocidas para impulsar su prisión domiciliaria.
Pese a que la sesión cayó por falta de quórum, diputados nacionales de la oposición descargaron duros cuestionamientos por la visita que un grupo de legisladores de La Libertad Avanza realizó a represores presos en el penal de Ezeiza el 11 de julio pasado.
La vicepresidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau (Unión por la Patria), consideró que los diputados que fueron al encuentro de los genocidas “no fueron a cualquier lugar” sino que “fueron directamente al pabellón donde están condenados los represores por crímenes de lesa humanidad”.
Para la massista, no se trató de un "hecho aislado", dado que a su criterio hubo reuniones previas en Campo de Mayo en la sede de la fundación Elías en el centro porteño.
También acotó que existen grupos de discusión por whatsapp de diputados de La Libertad Avanza que comparten con abogados para debatir “distintos proyectos para morigerar la liberación de los genocidas”.
“En esas reuniones y en esos grupos de whatsapp que la Justicia debe investigar surgieron proyectos que proponen modificaciones al articulo 95 del Código Penal para darle domiciliaria a los represores”, advirtió Moreau.
En tanto, la diputada de Unión por la Patria aseguró que pronto va a aparecer un video en el que se va a observar que la reunión con los represores en Ezeiza termina con un “aplauso cerrado”, lo que consideró un “acto de indignidad”.
“Se me hiela la sangre que muchos sean parte de eso. Esas genocidas continúan jactándose de un pacto de impunidad y de silencio y los nietos y los hijos no pueden saber qué pasó”, siguió.
“Esos tipos con los que ustedes se reúnen desaparecieron una generación de estudiantes, de trabajadores, de sindicalistas que hoy le falta a la Argentina”, lamentó.
Moreau finalizó su discurso levantando con sus brazos el libro que contiene el informe del “Nunca Más”.
Por su parte, Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) insistió en la necesidad de crear “una comisión investigadora” para “saber para qué fueron a visitar a esos genocidas”.
Su compañero de bancada Christian “Chipi” Castillo despotricó contra los diputados libertarios que se “sacaron fotos sonrientes” con los represores, entre ellos con Alfredo Astiz.
“El responsable nada más y nada menos que de 32 asesinatos, por eso está condenado a perpetua más de 600 casos de tortura y de tormento, desapariciones”, recordó.
Según Castillo, “tiene que haber una comisión que investigue acá en el Parlamento la gravedad de esos hechos”.
“No basta una resolución, no basta la preocupación. Es el repudio y es la investigación de todo lo que ha pasado. Porque acá lo preocupante no es solamente eso, sino que es un plan de impunidad al servicio de una política de ataque a los intereses populares, donde reproducen el esquema represivo de esa misma dictadura con leyes más represivas por un gobierno que quiere encarcelar a los pibes y pibas de 13 años y quiere liberar a los Astiz, a los Guglielminieti, a los Suárez Mason”, indicó.
“Esa es la política que quiere este Gobierno. Y por eso la denunciamos, por eso la enfrentamos, por eso le decimos no pasarán. Creían que les iba a salir bien y no, tuvieron tanto repudio que ni ustedes lo pueden defender, que están en una implosión verdaderamente de su propio bloque, porque ven que el pueblo argentino no quiere la impunidad de los genocidas”, finalizó