"Hay chicas que están pasadas de condena y no las dejan ir. Hay chicas que podrían salir con la condicional y no se pueden ir. A los hombres que les pegan a las mujeres, a los hombres que les pegan a los niños les dieron teléfonos para que hicieran videollamadas. ¿Por qué a nosotras que somos madres no nos dan un teléfono con videollamadas para que nos vean nuestros hijos y vean que estamos bien?"
Dos de las presas que están en El Borbollón resumieron así parte de las proclamas con las cuales insistieron este viernes ante las autoridades carcelarias, después de cinco días de huelga de hambre.
Las mujeres denunciaron que fueron reprimidas con balines de goma tras una protesta sonora en el penal, con la cual buscaron una escucha por parte de quienes deben activar que se les provea comunicación con sus familias -actualmente sólo poseen aparatos de telefonía sin conexión a internet, con lo cual sólo pueden hacer llamadas-, que les entreguen elementos de higiene, y que se cumplan los plazos de la pena que implica evaluaciones y salidas en condicional, frenadas por la pandemia.
"Les descargadon escopetazos, hay chicas desmayadas", contó una de ellas en la tarde de este viernes.
Estas mujeres no pretenden otra cosa que el cumplimiento de sus derechos en la ejecución de la pena y el acceso a elementos básicos para afrontar el virus y el aislamiento decretado por el gobierno nacional, que en su caso implicó la suspensión de las visitas.
Por la pandemia, las visitas en todas las cárceles quedaron suspendidas. En marzo Xumek presentó un hábeas corpus colectivo por los internos de todo el sistema penitenciario para que se garantizara el acceso a la higiene, se proveyera comunicación a los internos con sus familias y se analizara cuáles presos podían acceder a la prisión domiciliaria para descomprimir los penales.
