El presidente de Rusia, Vladimir Putin, condenó este martes la "presión" ejercida contra el gigante de gas ruso Gazprom en Europa, advirtió que nacionalizar sus activos será un "arma de doble filo" y adelantó nuevas decisiones contra países "hostiles", en plena escalada de sanciones por las operaciones militares rusas en Ucrania.
"La situación en el ámbito de la energía se agrava debido a las medidas brutales y no vinculadas al mercado, sobre todo la presión administrativa contra nuestra sociedad Gazprom en varios países europeos", dijo el mandatario en una reunión dedicada al sector de la agricultura.
Putin aludió a declaraciones de funcionarios europeos sobre "la nacionalización de algunos de nuestros activos" y advirtió que "si se va tan lejos, no se debe olvidar que esto es un arma de doble filo".
Las palabras del mandatario ruso llegan después de que Alemania anunció la víspera la toma del control temporal de una filial alemana de Gazprom, para garantizar la continuidad de los suministros de gas en el país.
Esta decisión se produjo después de que el grupo ruso anunciara días antes su "retirada" de esta filial, sin indicar inmediatamente ningún comprador y creando una incertidumbre sobre el futuro de la empresa.
Las filiales de Gazprom son los operadores de importantes infraestructuras de almacenamiento de gas y combustible en Alemania.
En medio de una fuerte pulseada de declaraciones, sanciones y medidas, Putin anunció además que se propone "vigilar" las exportaciones de productos alimentarios de Rusia a países "hostiles".
"En un contexto de escasez mundial de alimentos, este año deberemos ser prudentes con las entregas al extranjero y vigilar con cuidado esas exportaciones a países que son claramente hostiles con nosotros", dijo Putin, informó la agencia de noticias AFP.
Aseguró que la producción alimentaria cubre "plenamente" las necesidades del país, y subrayó el "potencial" agrícola ruso.
También pidió fijar "objetivos claros" para hallar productos de reemplazo tras la suspensión en Rusia de muchas importaciones, a causa de las sanciones.
En el plano agrícola y alimentario, muchos países sufren las consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países claves en el suministro de alimentos básicos en el mundo, especialmente cereales y aceite de girasol.
Rusia y los países europeos, por otra parte, están estrechamente vinculados por su interdependencia en materia energética.
Moscú necesita el dinero que le proporciona el gas, del cual la UE es muy dependiente.
La UE afirma intentar reducir su dependencia de Moscú en este ámbito.
Moscú, por su parte, impuso a los clientes europeos el pago de sus facturas de gas en rublos.