¿Qué función cumple el “periodismo independiente” cuando sale a festejar el diente por diente?

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El corazón de David

El oportunismo del fascismo, enquistado en ese periodismo al servicio del racismo, vuelve a poner en debate la Ley de Talión, abriendo aún más las venas de la televisión que sigue auspiciando esa teoría sin fundamentos, para intentar justificar su apología de los linchamientos. Horas y horas se pasean por los distintos canales, numerosos especialistas en asuntos banales, que de pronto quieren aplicar su incierta autoridad para definir quiénes tienen derecho a matar con impunidad, o quiénes merecen una muerte certera por haberse robado una cartera. ¿No es paradójico que defiendan los homicidios en malón, esos sujetos que se la pasan choreando en los medios de comunicación? ¿Qué función cumple el “periodismo independiente”, cuando sale a festejar el diente por diente? ¿Y los funcionarios en gestión, que debieran garantizar la inclusión? ¿Y los cuervos de la codicia, que debieran garantizar la Justicia? ¿Qué tipo de sociedad reclaman desde el calvario los que aclaman a los asesinos de David en Rosario? Por eso que han hecho y porque quien delinque merece estar preso en un Estado de Derecho, si necesitan desquiciados para seguir matando no los busquen por acá: estamos ocupados abrazando a una mamá.

 

moreira

 

“ASÍ ERA MI HIJO”

* Por Lorena Mónica Torres, “en memoria de mi querido David”.

Nació el 4 de enero de 1996, en el Hospital Centenario de Rosario. Su abuela, su hermana María y su tío estaban allí, mientras su papá trabajaba para poder sostener a su familia. Era hermoso, de pelito negro y de piel blanquita, un principito según todos. Creció en un hogar humilde, pero a su lado tenía a quienes lo amaban de verdad, como su adorada tía Anabel, que le enseñó a caminar. Era tímido, se ponía colorado y sentía mucha vergüenza cuando alguien le decía lo lindo que era. Muy compañero de todos los chicos a lo largo de su infancia y muy compañero de sus vecinos de Empalme, donde vivía actualmente, dejó amigos por toda la ciudad, que hoy en día van cayendo en mi casa para consolarme, a medida que se van enterando la triste noticia.

Tuvo 3 hermanos más: Micaela, Elías y Tomás. Los adoraba. Los vivía aconsejando, como hacía su papá, qué es vendedor ambulante y a veces no estaba en todo el día, por lo que David era para ellos un segundo papá. Después de dos años, debió abandonar la secundaria, para ayudar con esos hermanos. Y yo me enojé muchísimo con él, pero su decisión era que no les faltara nada. Entonces, empezó a trabajar como albañil y también en una fábrica de calzado con su tío Gastón, a quien quería tanto…

David era mi compañero, tomábamos mate juntos y, salía hasta tarde, me avisaba, o nos llamábamos continuamente. De hecho, ese día fatal estuvo conmigo. Me dio su billetera con lo que había cobrado, y me dijo: “Poné la pava que ya vengo, y si necesitás algo, sacá”.

No llegaba. Salí a esperarlo afuera, pero no estaba. Lo esperé. No me llamaba. No lo podía encontrar por ningún lado, y sus amigos tampoco lo habían visto, porque se habían ido a la cancha a ver a su querido Central. Davido no fue, para no gastar, porque me había ayudado a mí a comprar los útiles para sus hermanos. Y sí, lo terminé encontrando, como N.N.

Jamás imaginé verlo así… Mi marido lo reconoció por un tatuaje que se hizo en el tobillo, cuando cumplió 18 años, con las iniciales de sus hermanos. Y así, se me fue un Ángel de la peor manera, un chico al que le encantaba ayudar a todos, conocidos o no. No sabía decir no y, si veía a alguien sin zapatillas, era capaz de sacarse las suyas para dárselas… Por eso, opté por donar sus órganos: para que siguiera ayudando, a 7 personas de la lista de espera. Pues él lo hubiera querido así.

Se fue mi mano derecha, mi David querido, pero hay muchos David que pueden ser asesinados o maltratados. Y eso no puede ser así de ningún modo, así sean culpables o inocentes del delito que se los esté acusando. ¿O acaso esas personas enfurecidas que lo mataron a golpes y patadas de la peor manera, como si fuese un animal, no son culpables? Ojalá le pidan perdón a Dios y ojalá entiendan que nadie tiene derecho a hacer “justicia” por sus propias manos.

Ahora, ya nadie podrá ya devolverme a mi hijo, pero encima pareciera ser que quienes lo mataron no son asesinos… ¿No lo son? Por favor, que esto no ocurra nunca más y que la Justicia esté en manos de quienes deben garantizarla. De mi parte, sólo agradecerle a La Garganta Poderosa por este espacio para limpiar el nombre de mi hijo, y recordarlo.

Hijo, te fuiste sin poder disfrutar de tus sueños y proyectos, pero mamá los hará posibles junto a papá y a todos los que te amaron.

Te amo, y sé que estás con Dios.

 

Mamá.

 

Fuente: La Garganta poderosa

 

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