Sacrificaron una jirafa sana de un año y medio en el zoológico de Copenhague porque "no tenía genes originales"

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El animal era parte de un programa de investigación y los encargados decidieron que su genética no era apta para la reproducción. 

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La joven jirafa Marius, poco antes de ser sacrificada. Foto: Keld Navntoft (AFP)

 

Marius, una jirafa de un año y medio, que no tenía ningún problema de salud fue sacrificada en el zoológico de Copenhague, a pesar de las críticas de los defensores de los animales.

El animal, que estaba en perfecto estado de salud, fue ejecutado con un disparo, y después se le practicó una autopsia a la que asistió el público que visitaba el zoo, entre ellos varios niños. El animal, ya despedazado, fue devorado por los leones del zoo.

"Ha sido abatido a las 9.20, y todo ha ocurrido como previsto", indicó el portavoz del zoo, Tobias Stenbaek Bro. "La gente tiene derecho a protestar. Pero, por supuesto, nos ha sorprendido", subrayó Stenbaek Bro.

Además, informó de que varios trabajadores del zoo habían sido amenazados de muerte, en particular el director científico Bengt Holst, "quien recibió una llamada en mitad de la noche", el sábado.

El zoo había dicho en su página web que "no tenía otra opción" que impedir que la jirafa creciera. La jirafa participaba en un programa de la Asociación Europea de Zoos y Aquariums (EAZA), para evitar la consanguinidad entre jirafas. En virtud de este programa, los genes de Marius, la jirafa muerta, han sido juzgados como demasiado poco originales para permitirle que se reproduzca, en este y cualquier otro zoo del EAZA.

"No somos propietarios de los animales (...) Debemos seguir las directivas de la EAZA, que es el verdadero propietario", ha precisado Stenbaek Bro.

Otras soluciones, distintas a la eutanasia, se habían descartado. La castración, porque se había determinado que era más cruel y tendría "efectos indeseados", y la reintroducción en la naturaleza era un proceso con pocas posibilidades de éxito y, en el caso de las jirafas, los países africanos no se muestran muy dispuestos.

Fuente: elmundo.es

 

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