"Poner en evidencia a la justicia mendocina, las causas encajonadas, las torturas en cárceles, comisarías e instituciones de salud mental, el hostigamiento policial en barrios populares y a organizaciones sociales". Esas son algunas de las consignas de la sexta Marcha contra el Gatillo Fácil y la Impunidad en Mendoza, junto con el pedido para que se derogue el Código Contravencional que instauró Cornejo.
Será el próximo lunes 28 desde las 11 en la plaza Independencia. Previo a la marcha, familiares de víctimas de gatillo fácil y violencia institucional en Mendoza darán una conferencia de prensa. Explicarán, entre otras cosas, porqué siguen marchando y organizándose a pulmón pese al paso de los años y la acumulacion de impunidad con forma de expedientes nunca resueltos, cajoneados, o con sentencias judiciales muy lejos de la reparación del daño.
"Participo de las marchas porque la injusticia de todo esto atravesó mi vida y más allá de que se consiga o no justicia la lucha está en las calles para mí. No la busco más en un sistema judicial que se que avala a la policía. Los policías actúan también acorde a lo que les dicen, son los que ejecutan las cosas, los asesinos, pero atrás hay un trasfondo del Gobierno de estigmatizar, de violentar, de reprimir. Participo porque es necesario lograr que este milico que asesinó a mi hermano no esté trabajando de policía. Otros participan para visibilizar, cada cual tendrá su lucha".
Quien pronuncia estas palabras es Sabrina Carrazco, hermana de Lucas, hincha de la Lepra asesinado por la Policía en marzo de 2014, en medio de un operativo de represión tras un partido.
El policía que ejecutó a Lucas Carrazco fue hallado culpable pero no irá a la cárcel
El de Lucas es uno de los casos emblemáticos de los asesinatos a manos de la Policía de Mendoza. Su nombre engrosó la lista que Mendoza exhibe no sin bochorno como uno de los distritos con mayor incidencia de abuso institucional.
"La causa de mi hermano quedó con una condena injusta, el policía que mató a mi hermano tuvo una condena excarcelable con una inhabilitación para ser policía, me lo he encontrado trabajando de seguridad a dos cuadras de mi casa", señala Sabrina. Es uno de los tantos ejemplos de la impunidad de la que gozan los ejecutores de estos crímenes,
"Me gustaría generar algo institucional para que los policías no puedan seguir trabajando como policías. la mayoría de los casos están encajonados. No nos ha recibido nadie del Gobierno y tampoco hay una organización colectiva constante y fuerte. Hay familiares muy activos en sus lugares, de Malargüe, de San Rafael, organizando marchas", agregá la hermana de Lucas.
El tiempo pasa, admite Sabrina, y se hace difícil desandar una y otra vez las calles, golpear puertas y llamar a teléfonos que nunca atienden. Hay familiares que, pese a todo, siguen firmes en las marchas, como Mónica Campoy, quien reside en San Luis y es mamá de Andrés, fusilado en un retén de Gendarmería en 2014. Otros han quedado en el camino, como Alicia Vargas, la madre de Cristian Reyes, a quien está dedicada la marcha como homenaje por su partida.
También pedirán en la marcha justicia por Sebastián Moro, el periodista mendocino cuya muerte en extrañas circunstancias durante el Golpe en Bolivia fue llevada ante la CIDH.