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Durante los últimos 14 años, Steve Spazuk ha desarrollado y perfeccionado una técnica única que le permite utilizar la llama de una vela o la llama de una antorcha como un lápiz para crear sus pinturas con los rastros de hollín. Utilizando varias herramientas, intuitivamente esculpe los penachos de hollín en respuesta a las formas que aparecen en el lienzo.
La espontaneidad y el azar son el corazón y el alma de su proceso creativo. Él no censura. Él no dirige. Spazuk se abre a la experiencia. Esta técnica espontánea, junto con la fluidez del hollín, crea un torrente de imágenes, de sombras y de luz.
El cuerpo humano le fascina. Los cuerpos en una perpetua metamorfosis, son el lenguaje con el que expresar sus ideas sobre la condición humana: las emociones, opiniones, historias que nacen de su psique sin censura. Spazuk menudo trabaja poco a poco, recogiendo una gran cantidad de elementos únicos que se ensambla en mosaicos. Las entidades que, una vez agrupadas, ofrecen un significado diferente y ofrecen una nueva perspectiva que es a la vez novedosa y complementaria.
Ahora creó “Ornithocide”, una serie esculpida en hollín con plumas, pinceles y otras herramientas que dan como resultado la yuxtaposición entre aves muertas con diversos dispositivos artificiales diseñados para matar. Relata Spazuk que la serie es una reacción al uso intensivo de plaguicidas en Norteamérica y el consecuente envenenamiento de aves insectívoras.
