Rodolfo Suarez dedicó cinco párrafos de su discurso ante la Asamblea Legislativa a enarbolar una letanía por el fracaso de la ley del cianuro que impulsó a fines de 2019 y tuvo que derogar por la presión popular en las calles.
En ese tramo, comenzó con una alabanza a los "informes de alto rigor científico" y terminó con una crítica a lo que él considera "fanatismos absurdos".
Según la línea argumentativa de Suarez, el derribo de la ley que impide el uso de cianuro y otras sustancias tóxicas en la actividad minera -y que generó la oposición de vecinos y asambleístas por el riesgo que esto encerraba para ríos, vertientes y acuíferos en todo el territorio provincial- tenía como fin que las ganancias se volcaran a un sistema de protección del agua.
Se trata de la misma línea que usó el lobby minero en 2019 y que no pasó el tamiz de los miles y miles que salieron a las rutas, calles y plazas de todo Mendoza advirtiendo los eufemismos y la propaganda de empresarios y referentes políticos que intentaron imponer la ley del cianuro.
Estos son los cinco párrafos completos en los que Suarez recordó, una vez más, el fracaso en su intento de derribo de la Ley 7722:
"Todos los días aparecen informes de alto rigor científico que testimonian la falta de agua en distintos lugares del mundo. Sostienen que el 60% de la superficie de la tierra pronto enfrentará una alarmante disputa entre el agua disponible y la demanda. Este flagelo universal nos interpela directamente porque condiciona el presente y el futuro. Más aún a nosotros, los mendocinos, que somos originarios del secano y que habitamos y producimos en pequeños oasis desde siempre.
"Por esta razón, desde el primer momento que me ha tocado conducir el Estado, he considerado vital trabajar para fortalecer una cultura respetuosa que considere que el agua es el recurso estratégico más importante y, por eso también, es que ante uno de los mayores problemas que padece la humanidad, como es el calentamiento global, oportunamente creí necesario encarar un proceso de mitigación a escala local, comenzando a reconvertir el uso de energías no renovables, dando lugar al uso de energías limpias tan pronto como fuese posible.
"Un proceso en el que, si bien hemos dado algunos pasos, por su envergadura total sólo sería posible abordar de raíz a través del aprovechamiento racional y sustentable de nuestra enorme riqueza en minerales, cuyos beneficios pretendíamos que fuesen destinados en su totalidad a dotar a Mendoza de las infraestructuras estratégicas necesarias para colocar al recurso hídrico como prioridad, a través de la incorporación de las soluciones tecnologías que nos permitiesen trabajar en la optimización, el reúso y la reserva.
"No pudo ser. No obstante, espero que la conciencia de nuestra finitud y los fanatismos absurdos no nos impidan pensar, planificar y ejecutar las obras para beneficio de las generaciones venideras. Lo digo sosteniendo la convicción de que somos tan sólo inquilinos de un espacio-tiempo que no nos pertenece en forma exclusiva, sino también les pertenece a las generaciones futuras".
El Consejo para sacar de juego a los "fanáticos"
Cuando fracasó la ley del cianuro, Suarez trató de salir de la perplejidad con una línea de acción que aislara a los miles de mendocinos que salieron a las calles a defender la 7722.
Con esa idea creó el Consejo Económico Ambiental y Social, un ente paraestatal que excluyó a las Asambleas por el Agua, en las que el pueblo se apoyó para salir a reclamar en cada pueblo. Lo anunció en la Asamblea Legislativa de 2020.
Buscó con el CEAS contrastar las multitudinarias protestas de la calle con el aparente "consenso" de un ámbito de discusión aséptico y apolítico. Sin embargo, desde el principio fue evidente el peso del sector minero en el ente que, además, buscó silenciar a aquellos que intentaran plantear la defensa de la 7722 en esa mesa de discusión.
El lobby minero censura a los que se oponen a derribar la 7722 en el consejo económico de Suarez