El intendente de Capital, Ulpiano Suarez, volvió a usar el Código de Convivencias para multar opositores, como ya es política de estado desde que se sancionó esa norma.
Otra vez el blanco del castigo fue el Polo Obrero, que ganó las calles de la Capital en reclamo de trabajo y vivienda. El intendente de Capital les recordó que para protestar en Mendoza hay que pedir permiso con 48 horas de anticipación y que la Municipalidad hasta puede prestar micrófonos y un escenario.
Desde que comenzó a implementarse, en 2019, el código ha sido una herramienta de punitivismo selectivo contra opositores, ambientalistas, desposeídos y todo aquel que se manifieste u oponga a las políticas ejecutadas por la Provincia o la Capital.
Las marchas anticuarentena en plena expansión de la COVID-19 o en contra del Gobierno Nacional (cuando no es del mismo signo político que el de la Provincia), en cambio, no han generado la atención de Suarez y sus inspectores.
El Polo Obrero protestó este miércoles en las calles de la Capital "trabajo genuino, un plan de vivienda y alimentos de calidad para los comedores", demandas básicas que configuran derechos de todo ciudadano en una democracia real.