En plena paritaria, con los trabajadores en las calles protestando por sus salarios de pobreza y tras una huelga histórica que vació escuelas y hospitales, Rodolfo Suarez salió a publicitar en los medios masivos su plan para echar empleados públicos y seguir así con su línea de ajuste y achique del sector público.
Para esto usó datos de la Oficina General de Sumarios (OGS) que difundieron los operadores del oficialismo en los medios masivos en las últimas horas, con títulos en primera plana de los portales digitales.
La propaganda del Gobierno indica que desde que asumió el sucesor de Cornejo -quien también se jactó durante su gestión de echar empleados públicos- se sumarió a 200 empleados públicos, se echó a 50 y se va a despedir a otros 14. La mayoría de los despedidos, agregaron los voceros, faltaron de forma injustificada al trabajo.
En tren de publicitar un achique estatal -una línea que tanto Cornejo como Suarez reiteran cada vez que pueden- los operadores del Gobierno aseguran que los empleados pueden defenderse e incluso puede designar a un abogado defensor que lo asesore y represente en todo el proceso de defensa.
En la misma semana de una huelga histórica
La difusión de los empleados públicos echados y por echar fue ejecutada por Suarez al cierre de una semana de protestas, con el humo y las cubiertas quemadas aún calientes en las calles por los reclamos de trabajadores que no pueden subsistir con el salario que se paga en Mendoza a los agentes públicos.
El dato es parte de una narrativa oficial donde se tildó al paro de "insólito y político" y digitado desde Buenos Aires. Pero también forma parte de la respuesta de Suarez a la huelga masiva, cuya mayor síntesis fue la multitudinaria marcha en las calles el martes.
Esa respuesta incluyó el despliegue de un enorme operativo de persecución y vigilancia a maestros, trabajadores de la salud y otros empleados públicos que se manifestaron, con policías requisando el transporte en el que se trasladaban y uniformados que buscaban las listas de los huelguistas.