A principios de marzo, Jair Bolsonaro visitó a Donald Trump en Florida. El encuentro fue en Mar-a-Lago, un club privado del presidente de Estados Unidos. Una parte de la comitiva que acompañó al presidente de Brasil volvió a su país con COVID-19.
Entonces, Italia y España eran los epicentros del brote de coronavirus, después del estallido de casos en la zona central de China. Desde ahí, una serie de factores se conjugaron para que Estados Unidos y Brasil se transformaran en los dos países con más infectados y muertos por COVID-19.
BBC Mundo halló tres coincidencias entre el presente de los países.
- La situación de contagios está descontrolada en los dos países.
- Los presidentes de los dos países actuaron de forma similar frente a la pandemia: minimizaron las consecuencias, cuestionaron el aislamiento, promovieron el uso de medicación no probada para la enfermedad y culparon a otros una vez que los estragos del virus eran inocultables.
- En los dos países se politizó el cornavirus sobre la base de electorados altamente polarizados a favor y en contra de los presidentes. Ambos mandatarios perdieron puntos de aprobación por los saltos en contagiados y muertos de COVID-19.
Alarmante porvenir
El Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Washington proyecta que Estados Unidos llegará a 175.168 muertes por COVID-19 el 1º de octubre si se mantiene el escenario actual.
Y prevé que Brasil alcanzará en esa fecha un número similar de muertes por coronavirus, 166.362, en caso de que las cosas sigan como hasta ahora.
El doctor Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, dijo observar "picos muy inquietantes" de casos en diferentes estados del país que buscan volver a la normalidad tras las restricciones adoptadas para prevenir el contagio del virus.
"Eso no es una buena noticia. Tenemos que poner eso bajo control o corremos el riesgo de un brote aún mayor en Estados Unidos", sostuvo Fauci en declaraciones a la BBC.