La cineasta Anahí Berneri estrena este jueves "Aire libre", un filme que cuenta un fragmento de la historia amorosa de una pareja y al que la realizadora define como "una película de amor".
"No de amor hollywoodense, no una comedia romántica pero yo la concebí siempre como una película de amor en un matrimonio con hijos y que indaga también sobre el paso del tiempo", cuenta Berneri en charla con Télam.
"De algún modo -continúa- es un secuela o quizás una precuela de `Por tu culpa` (anterior filme de Berneri), me había quedado con ganas de trabajar sobre la idea de familia y la idea de pareja y tenía ganas de hacer una película romántica que jugara un poco con la deconstrucción de una pareja que decide construir una nueva casa".
Protagonizada por Celeste Cid y Leo Sbaraglia, en papeles llenos de intimidad y realismo y alejados de la pose, el filme arranca cuando la pareja que conforman decide comprar una casa para remodelar (ella es arquitecta), lo que los enfrenta a una serie de disyuntivas y pone de relieve las grietas que se fueron levantando entre los dos, al tiempo que una separación temporal les permite retomar algo de aquello perdido a partir de la vida en pareja.
Con un ritmo notable y una tensión que arranca en la primera escena y no se diluye hasta que el filme concluye, Berneri dice que "Aire libre" comparte con "Por tu culpa" "un mismo mecanismo, como una misma línea".
"Aunque ésta -afirma- es una película más abierta, tiene humor, planos más amplios, se permite cierto preciosismo, pero otra vez está la idea de apelar a la identificación con el espectador".
Desarrollando esta idea, la realizadora, que debutó detrás de cámara en 2005 con "Un año sin amor" y en 2007 hizo "Encarnación", señala que "cuando uno propone personajes cercanos con el público que va al cine eso te permite tender unos puentes que generan tensión porque si el espectador se identifica con los personajes la historia se agiganta en la cabeza de quien la ve".
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"También, al igual que en `Por tu culpa` -remarca-, la puesta tiene que ver con lo cotidiano, con mostrar la intimidad, en este caso metiéndonos en el erotismo y la deserotización de una pareja".
Rodada entre noviembre y diciembre del año pasado a lo largo de seis semanas, Berneri cuenta que esta vez "improvisamos mucho en el set".
"Reescribí algunos diálogos y me aventuré más a muchas cosas de improvisación, done era fundamental lo que aportaba el trabajo de actuación", reseña.
"Había un guión muy cercano a lo que se filmó, pero ciertos diálogos y cierta tensión los íbamos cambiando de toma a toma, íbamos encontrando cosas, fue un trabajo en el que la actuación estuvo muy presente con un alerta continuo de todo el equipo técnico", dice.
En relación con la perspectiva actual del cine argentino, al tiempo que cuatro películas nacionales están tomando parte en el Festival de Cannes y cuando las cintas locales son bien recibidas por el público, Berneri dice que "está madurando".
"Yo veo que el cine argentino está madurando, que se está abriendo un poco, estamos corriéndonos del cine exclusivamente contemplativo y por esto no estamos perdiendo ni sello autoral ni identidad".
