Una familia de dos adultos y dos niños que no alquila debe reunir al menos 794.082 pesos para seguir dentro de la clase media. Sólo para los alimentos, requiere $322.727. Por menos de esos números es considerada pobre o indigente, según las mediciones oficiales, que suelen ser una foto vieja de los aumentos reales en las góndolas versus los salarios, que corren por detrás, y con muletas.
Sin embargo, esta ecuación cambia cuando se tiene en cuenta el alquiler: ese es el rubro que más subió en Mendoza en junio.
El costo del alquiler y los gastos de la vivienda impactaron fuerte en la inflación de mayo en Mendoza: el rubro subió 24,2% y acumula 138% desde enero. En un año se encareció 298% y es lo que más subió en ese período.
Para medir la pobreza se consideran otros bienes como la educación, la salud, el transporte entre otros. En ese combo se miden los servicios básicos de un hogar, pero no el alquiler. Es decir que sí entran tarifazos.
Antes que asumiera Javier Milei la presidencia, una familia que no alquila debía reunir $469.000 para no ser pobre. Seis meses después, esa cifra sumó $325.000. Es decir, el equivalente a lo que necesita sólo para alimentos. La comida encareció la vida en un nivel exponencial. Lo propio ocurrió con el precio de vivir bajo techo.