El periodista David Cufre suscribe la versión de que las multinacionales jugaron un rol decisivo para encarar negocios con inversiones importantes en el país.
Los negocios potenciales en Argentina para un pul de multinacionales con sede en los países que integran el Club de París hicieron su parte para que el ministro de Economía, Axel Kicillof, regresara con la deuda renegociada con ese organismo sin intervención del Fondo Monetario Internacional luego de una jornada maratónica de negociaciones en la capital francesa.
El periodista David Cufre suscribe la versión de que las multinacionales jugaron un rol decisivo porque para encarar negocios con inversiones importantes en el país necesitaban que Argentina cerrara sus cuentas pendientes con el Club de París, única manera de que los holding tengan posibilidades de financiamiento para su incursiones locales. En ese contexto, el potasio malargüino de la vera del Río Colorado y el Tren Trasandino contaron con interesados presionando a sus gobiernos para acelerar el acuerdo con el país, y otro proyecto vinculado en un porcentaje menor con Mendoza, el yacimiento no convencional Vaca Muerta, fue el más influyente a la hora convencer a los hombres de negocios de desembarcar en el país.
Escribió Cufré: "El consorcio industrial japonés Mitsubishi estaba esperando el final que se dio el último jueves en la capital francesa para consolidar un proyecto que tiene en sociedad con la argentina Corporación América, de Eduardo Eurnekian, para construir el Paso Binacional Bicentenario, un túnel ferroautomotor a la altura de Las Leñas, en Mendoza. Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet lo impulsaron ya en 2009, pero se cayó por problemas de financiamiento en medio de la crisis internacional. Ambas presidentas reflotaron la idea hace veinte días, cuando la chilena visitó a CFK en la Casa Rosada. Corporación América y Mitsubishi presentaron una propuesta para asumir la obra y aportar el financiamiento, que demandaría 3500 millones de dólares en una primera etapa y 3400 millones en las dos restantes. Los japoneses necesitaban el cierre del litigio entre la Argentina y el Club de París para abaratar el financiamiento que requerirá para construir el paso fronterizo.
"Japón es el primer acreedor argentino del Club, con el 31 por ciento de participación sobre los 9700 millones de dólares que finalmente asumió el gobierno argentino computando los punitorios por los años sin pagos. Otras compañías de ese país están de-sarrollando proyectos en Argentina. Entre ellas figura Toyota Corporation. Su división automotores está invirtiendo 800 millones de dólares en su planta de Zárate para ampliar la capacidad de producción, mientras que Toyota Tsusho trabaja para la extracción de litio en Jujuy. El holding ya comunicó a las autoridades argentinas que tiene más planes en esas actividades, que haría efectivos al quedar resuelto el default con el Club de París.
"En el mismo sentido se expresó otro gigante japonés, Marubeni, que analiza la posibilidad de tomar en sus manos el proyecto de extracción de potasio en Malargüe, Mendoza, conocido como Río Colorado. La brasileña Vale tenía la concesión para esa iniciativa, pero la dejó de lado por cambios en la cotización internacional del mineral, por inconvenientes financieros y al no conseguir facilidades reclamadas al gobierno argentino. Marubeni accedería a contratos para proveer a empresas chinas que harían rentable el proyecto. Pero para los japoneses es clave acceder a financiamiento de la banca de desarrollo de su país a tasas promocionales. Eso sólo era posible si Argentina salía del default con su país en el marco del Club de París. Las cifras en juego para la inversión son gigantescas: no bajan de 5000 millones de dólares. A la canadiense Barrick también le puede aportar facilidades en su intento de retomar el proyecto Pascua Lama para obtener oro, aunque sus problemas van más allá de lo financiero".
Los hodings "se movieron por interés propio, pero también empujadas por el gobierno nacional, que en los últimos tres meses mantuvo reuniones con altos ejecutivos de esas firmas para reclamarles su intervención, según revelaron a Página/12 altas fuentes oficiales. En la lista aparecen nombres emblemáticos de compañías globales, como las alemanas Volkswagen, Mercedes Benz, Bayer, Adidas y Robert Bosch, las estadounidenses Ford, General Motors, Procter & Gamble, John Deere, Monsanto, Pfizer, Johnson y Johnson y Colgate Palmolive, las japonesas Toyota, Honda, Yamaha, Bridgestone y Sony, las francesas Peugeot, Citröen, Michelin y L’Oreal, las italianas Fiat, Iveco y Pirelli y por los Países Bajos, Shell y Philips. Estas empresas dominan porciones importantes del mercado local y serán beneficiarias directas de la resolución del default con el Club de París, al generarse el espacio para nuevas inversiones", puntualizó el diario porteño.