La clase política y el establishment empresarial de Mendoza tendieron una alfombra roja a la minera brasileña Vale, propietaria de la mina Potasio Río Colorado, en el Sur de Malargüe, sin reparar en la desidia por el cuidado del ambiente y la vida de la población por parte de la compañía que acaba de provocar un desastre con al menos 34 muertos y más de 260 desaparecidos, en Minas Gerais, adonde ya había ocasionado una masacre en 2015.
Es más, aún lamentan su partida de la provincia -por razones económicas- antes de empezar a producir minerales, en 2013. Al irse, dejó la infraestructura levantada a un costado del Colarado a cargo de una mínima dotación de personal que se encarga de limpiar y mantener el lugar.
Informe Explícito: La historia de Vale en Mendoza y los desastres en Brasil
Del mantenimiento de las instalaciones se ocupan doce operarios de la empresa neuquina Ingeniería SIMA, una de las principales compañías nacidas y desarrolladas en Neuquén que da pelea por los contratos de servicios tercerizados por las gigantes petroleras que tienen la concesión del Estado para sacar crudo y gas de Vaca Muerta, la formación no convencional más prometedora del mundo fuera de Estados Unidos.
Ingeniería SIMA consiguió el contrato para el mantenimiento al imponerse con un precio menor a Techint y una oferente mendocina, que tenía las de ganar si se aplicaba el denominado "compre local" que rigió desde el desembarco de la compañía brasileña, pero se dejó de lado para la contratación del servicio de mantenimiento.
El gobierno de Mendoza se negó a subsidiar la diferencia de costos a favor de la empresa con sede en el Parque Industrial de las afueras de la capital de Neuquén, lo que hubiese permitido que el mantenimiento de la planta de Vale quedara a cargo de una compañía local, con trabajadores mendocinos.
Una fuente de la empresa neuquina confirmó que las tareas de los doce operarios asignados a las instalaciones de Vale son las elementales para evitar el deterioro extremo de la infraestructura levantada en inmediaciones del Río Colorado, cerca del límite de Mendoza con Neuquén.
El proyecto que no fue
La minera brasileña dijo que antes de abandonar el proyecto invirtió 2500 millones de dólares en su desarrollo.
Vale es una de las cinco compañías más grandes de Latinoamérica en términos de capitalización bursátil y, también, en cuanto al "valor" de la compañía por el peso o importancia en relación a las otras que aparecen en el mismo índice.
En este caso, el análisis incluye, además de la capitalización en bolsa, el tamaño de la empresa y otras variables. Los rankings los presenta la consultora del establishment mundial de los negocios Standard & Poor's. La compañía brasileña opera en los sectores de minería, logística, energía siderúrgica y petróleo.
El desembarco en Malargüe fue precedido de una anuncio de inversiones por más de cinco mil novecientos millones de dólares para generar toda la infraestructura que exigía la logística de la extracción y el transporte internacional de las mercancías, con un centro de operaciones en el corazón de la mina y un tren para llevar las sales de potasio malargüinas al puerto de Bahía Blanca, desde zarparían a los mercados internacionales abastecidos por Vale.
El ramal ferroviario nunca se concretó y con el tiempo se dejó de lado en la reestructuración del proyecto.
Vale huyó de Malargüe en 2013 con el precio del potasio depreciado a nivel mundial y unas reglas económicas (dólar oficial restringido y limitaciones a los giros de utilidades al exterior, principalmente) indeseadas por el gigante brasileño de la minería.
Hasta entonces, el anuncio de inversión de Vale en Mendoza posicionaba a la provincia entre las que tendría mayor captación de inversiones del país. Desde entonces, la realidad desmintió a las expectativas.
Luego de meses de rumores, la empresa brasileña hizo las maletas un día y no volvió nunca más con ellas. Mientras tanto, se hicieron muchos anuncios con presuntas reactivaciones de la actividad en la planta de Malargüe. Ninguno se cumplió.
La movida reactivadora de Cornejo
El Gobierno de Mendoza avaló una poda al proyecto original de Vale para Potasio Río Colorado, de forma de achicar la necesidad de inversión. Esto conlleva una contracción en la cantidad de trabajadores que se precisarían en caso de retomarse las actividades.
La propaganda del gobierno del radical Alfredo Cornejo en la prensa provincial no fue más que eso hasta el momento. La mina malargüina sigue paralizada y bajo la propiedad de la compañía brasileña.
Vale no está dispuesta a poner de su plata para reiniciar la acciones en el Sur de Mendoza, sino que está a la caza de inversores interesados en comprar el proyecto o bien asociarse para la explotación.