
Los Curas de la Opción Por Los Pobres realizaron este sábado una misa en el acampe en Plaza de Mayo por Milagro Sala -quien fue excarcelada de la detención por "instigación al tumulto" pero sigue presa por una nueva denuncia por "asociación ilícita"- en la cual pidieron al papa Francisco interceda por la libertad de la lideresa de la Tupac Amaru y parlamentaria del Mercosur y que no reciba al presidente Macri hasta que la jujeña no esté libre.
Uno de los sacerdotes, Eduardo De la Serna, tomó el micrófono y señaló: "Mal que les pese Milagro es su hermana! Tenemos una hermana presa!". También los padres Jacinto Aranda, Paco Olveira Jorge Marenco Ignacio Blanco Eduardo de la Serna Marcelo Ciaramela Carlos Gómez Roberto Ferrari y el Diácono Riky Carrizo oficiaron misa en al acampe, todos pidiendo libertad para la jujeña.
Después de la misa, en las redes los tupamaros agitaron la campaña con el hashtag: #PapaFranciscoNoRecibasAMacri hasta que #LiberenAMilagro.
En las últimas horas, Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, publicó un documento de apoyo a las organizaciones barriales: "Es importante recordar que una gran cantidad de organizaciones y movimientos sociales surge en torno a la gravísima crisis institucional de 2001. En aquel momento los partidos políticos, sindicatos y otras instituciones no representaban a una parte importante de la población, especialmente a los más pobres, que quedaron a la deriva ante la ausencia del Estado, la perplejidad de la dirigencia y el 'sálvese quien pueda' de quienes se borraron esperando tiempos mejores. La sensación era la de un naufragio en el cual algunos accedieron a los botes y muchos quedaron abandonados a su suerte. ¿Qué hubiera sido de nuestros niños y ancianos, de muchas familias, sin los comedores comunitarios? ¿Si no hubieran tenido la posibilidad de autoconvocarse para reciclar residuos (cartoneros)? Estas organizaciones fueron salvavidas que juntaron los despojos y ayudaron a que el desastre no resultara mayor".
Señaló también el sacerdote: "El Estado en sus tres poderes debe proveer el bien común y garantizar los derechos de todos los ciudadanos. Pero no somos individuos aislados ni agrupación de clanes. Somos un pueblo que incluye en su seno diversidades ideológicas, historias particulares ancestrales o más recientes, organizaciones y asociaciones con distintos objetivos. Ninguna puede pretender estar por encima o servirse de otra ni imponer su interés particular por sobre el bien común. Hay liderazgos que se respaldan con el voto popular y otros que surgen de estar entre los pobres y se legitiman con el compromiso de vida entre los excluidos y descartados de la sociedad. Pero ni unos ni otros confieren derecho a la impunidad".
Y agregó sobre el rol de organizaciones como la Tupac Amaru: "El Papa nos señala que la unidad prevalece sobre el conflicto y el todo es superior a la parte. Las asociaciones intermedias, las organizaciones populares, son verdaderas redes que fortalecen el tejido social, que cuidan a los más frágiles ante el avance de la globalización de la indiferencia y la intemperie del abandono, 'poetas sociales' que aportan al bien común, la justicia y la paz. Si los demonizamos y no sabemos (o queremos) acoger sus voces y aportes, seremos cada día más pobres como sociedad".