A Carlos Fuentalba lo asesinó el cabo Darío Poblete en la represión de Arroyito de abril del 2007, en el marco de una inmensa protesta docente. La justicia neuquina, en este caso representada por la jueza Carina Álvarez, determinó que el accionar del policía fue un hecho aislado y no un plan organizado contra la protesta social, motivo por el que decidió sobreseer a los quince funcionarios imputados cerrando la causa "Fuentealba II".
Raúl Pascuarelli y Carlos David Salazar, Moisés Soto, Adolfo Soto, Mario Rinzafri, Jorge Bernabé Garrido, Julio Cesar Lincoleo, Aquiles González, Ruben Hernández, Pablo Oddone, Félix Torres, Cristian Vázquez Salinas, Luis Alberto Rodríguez y Oscar Antonio Lezama quedaron sobreseídos "total y definitivamente" por "extinción de la causa". El ex gobernador y máxima autoridad cuando ocurrió el crimen de Carlos Fuentealba, Jorge Sobisch, ni siquiera llegó a ser incorporado como imputado, pese a las exigencias de la querella.
Los sobreseimientos se fundaron en el vencimiento de plazos y los fundamentos de la determinación incluyen análisis como: “…en dicha sentencia (en referencia al juicio “Fuentealba II”) quedó determinado que aquel homicidio importó un obrar particular, de un efectivo de la fuerza policial provincial, pero que en nada configura un plan organizado, y que él y sólo él abusó de su función, tal es así que la sanción penal fue agravada, imponiéndosele prisión perpetua”, concluyendo que el asesinato político del docente neuquino “no puede ser calificado como un crimen institucional”.
El policía Darío Poblete es el único condenado por el homicidio en esa represión y cumple su pena en la cárcel de Senillosa, donde se alojan los pocos policías juzgados en Neuquén y luego de haber sido fotografeado paseando por las calles de Zapala mientras permanecía en el penal de esa localidad.
Carlos Fuentealba fue asesinado en medio de la represión a una protesta de maestros por los sueldos en Neuquén.
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