El laberinto en homenaje a Borges en la finca de los Aldao, en San Rafael, será inagurado a fines de 2015 y para apreciarlo en toda su dimensión se instaló en las últimas horas una torre de 18 metros con un mirador vidriado que venía construyéndose y ya quedó erecta.
La torre se sumará a la inauguración, en los próximos días, de una pulpería que funcionará en la casona de los Aldao, que data del 1.800, y que incluirá la venta de artículos regionales, e incluso los mismos vinos que fabrica la familia Bombal, para hacer más completo el paseo por el laberinto.
En 1979 el consagrado diseñador de laberintos inglés Randoll Coate diseñó por pedido de la escritora Susana Bombal, una de las grandes amigas de Borges, un laberinto simbólico en homenaje a este gran escritor argentino. Pasarían 25 años para que un sobrino nieto de Susana, Camilo Aldao (h), al enterarse de la existencia de este diseño, junto a María Kodama y el paisajista Carlos Thays iniciaran un plan para construir el mismo en Los Alamos, una finca de 1830, propiedad de Susana Bombal.
Allí, en San Rafael, en la misma finca donde Borges solía pasar algunos veranos en los años treinta, el laberinto imaginado por Coate ocupa una superficie de casi una hectárea, y está formado por más de 9000 arbustos de buxus.
Dentro de éste se encuentran muchos de los símbolos borgeanos: el espejo, el reloj de arena, la cara de un tigre, el bastón de un ciego y hasta la cinta de Moebius. También se puede leer el nombre y apellido del escritor, las iniciales de su viuda, y, tiene al mismo tiempo la forma de un libro abierto al universo.
