Por Leonardo Valdés
Especial para Explícito
Anoche fui a uno de los recitales que más anhelaba por estos días. Tal vez se daba la conjunción de varios sentimientos encontrados en mi cuerpo y sentí la necesidad de encontrar la excusa que los uniera. Molotov parecía la excusa perfecta, así que partí hacia su encuentro, tipo 22, tarde ya para escuchar las bandas soporte que no eran de mi interés, pero bue, está bueno de vez en cuando solo encontrarse con el fruto de los sueños cortados por la realidad.
En la explanada del Bustelo, escenario por demás incómodo para vivir una experiencia que en los prejuicios de mi mente debía ser megaultrasonoman, me apresté a conseguir el pase, si era gratuito mejor, eso haría aun mas idílica la cuestión, y pues que no pudo ser.
Ni bien entrar, una barra-bar convenientemente instalada en la misma alfombra roja, a 30 metros del escenario, parecía confirmar tantos prejuicios y sueños rotos que quedaron fuera del convento, caluroso por demás para estas épocas. Choqué con la multitud que esperaba los acordes de inicio al rito mexicano. Pues que más da... me dije, convenciéndome de haber venido a buscar pues na mas que chile y tequila en paisaje agreste y caluroso, bien a lo tex-mex.
Segundos después comenzó el show, con los cuates dándole a las cuerdas y golpeando tambores y una batería tan galopante! tan poderosa! Curiosamente, lo que tanto me llama la atención del ultimo disco de estos pinches es la expresión siempre fresca de un rocanrol bañado de percusiones disonantes que se entremezclan en beats de máquinas, con guitarras que siguen en un principio para luego marcar el riff que de inicio a la entrada de toda la banda en conjuros... pues que mas da, que totalmente picantes, y hasta como que me dio la sensación de estar comiendo un taco en pleno desierto, encima que en pleno sueño pareció abrírseme una pestaña de navegación extra mezclándose en mi cabeza algunos acordes de los Café Tacuba, pero eso solo era la resaca de lo no vivido, mi cabeza estaba feliz e inventaba efectos placebo para enfermarme en pensamientos de tierras convulsionadas por estos tiempos.
Suena noko entonces...
Madre, ¿En dónde esta padre, madre?
ahora que nos conocemos mejor mamá
ven aca y dime donde esta papá!!
Y eso que no había visto todavía la bandera roja con letras negras que había detrás de Paco Ayala "Faltan 43" , pero que putas, cuanta emoción por el recuerdo de esos 43...
Con "Amateur" la adrenalina constante resurgió para hacerme volar un poco más, luego una inédita "Santo Niño", como pa bajar vio doña, y ahí se vino el ultimo disco. Sin enganche sonoro, Tito Fuentes dictaba el preludio para cada tema de los nuevitos. "Olere y olere el uhu" "Chinga" luego "Lagunas Mentales" temazo que repasa las influencias musicales de estos changos, y que no es otra cosa que un viaje mental por Latinoamérica, luego "No existe". Se me fueron todos los papeles en ese momento en que los clasicos vinieron al calor de la mente que ya precisaba aire y refresco. Volví a la realidad cuando recorrí ese minibar de la entrada, para ese entonces unas caladas regaladas me vinieron superbien, sobre todo porque quería volver a conectar con la banda sonora de la película. Sonaron "Parásito" y del ultimo "La raza pura es la pura raza" con un wey norteño de raza negra que, si bien su cara me sonaba, no sabia bien quien era hasta hoy que lo gooooooogleeeeeeee, cantando en sincro con la banda en vivo. Claro, como no saberlo, es según wikipedia Darryl "D.M.C." Matthews McDaniels (nacido el 31 de mayo de 1964) es un rapero estadounidense. Uno de los pioneros del hip-hop y uno de los miembros fundadores del mítico grupo Run-DMC.
Ahí caí que la banda que sonaba caserita como pan caliente recién sacado de la panadería de la esquina, había agregado algunos extras al show, geniales, como efectos de improviso, un guitarrero que agregaba efectos a requerimento de la banda, y dos changos que salían detrás de los parlantes para hacer coros en varias canciones. Ahí vi la bandera, pero claro faltaban palabras, ¿faltaban palabras? algo que decir sobre el atropello a la democracia de su pueblo, nuestro pueblo? naaaaa. La voz sí se hizo presente de hecho cuando Tito gritó: "¡Un gran chinga tu madre para el gobierno mexicano que es una mierda" y luego los acordes de "Gimme tha power", y ahí siguieron otras como "Frijolero" y "Hit me".
El final estaba cerca, el calor me lo hacia sentir, tocaron bien pegados todos los temas como "Me convierto en marciano" "Dance and dense denso" y temas del primer disco, según dijeron ellos mismos "mas vale cholo" "molotov cocktail party", y ahí con el público requiriendo casi como un capricho argento, bien argento, puto, putooo, putoooo, asique volvieron y le dieron con "Matate tete" entremezclado con "Puto", luego entraron hijos de la banda, que rondaban no mas de 15 de promedio según explicó Tito. Se calzaron los instrumentos y los Molotov juntos siguieron con putooooooooo interminable.
Se fueron, me fui, nos fuimos, con la sensación de vivir un recital bien casero, al revés de lo que mis expectativas de recital megaultrainternacional requerían de capricho. Nada más lejos de la realidad, nada mas cerca de mis sueños.