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Por Marisol Hernández
Para El Mundo
Mariano Rajoy ganó el domingo las elecciones pero fue como si las perdiera. El PP ha sido el partido más votado. El 28,7% de los españoles ha vuelto a confiar en él. La marca está muy lejos del apabullante apoyo logrado hace cuatro años, cuando el 44,63% de los votantes puso España en sus manos. Pero sobre todo es insuficiente para conseguir una mayoría estable de centro derecha.
Los populares tenían asumido que no reeditarían la mayoría absoluta, pero confiaban en Ciudadanos para llegar a ella con una suma aritmética. No ha sido posible. Y esta es la gran tragedia de la noche para Rajoy: PP y Ciudadanos suman 163 escaños, pero PSOE y Podemos alcanzan juntos 159, más los dos diputados de IU.
La posibilidad de que Rajoy forme Gobierno es complicada. Más allá de Rivera, que además ha dicho que se abstendrá, el PP no cuenta con muchos más socios. Tal vez el PNV, según sostenían anoche en Génova. Aún así se trataría de una mayoría exigua, dando por hecho como hace el PP que Rivera acabará avalando a Rajoy. En cambio, PSOE y Podemos, en caso de lograr algún tipo de acuerdo, pueden sumar otras fuerzas como IU e incluso ERC.
Otra de las opciones para alcanzar la gobernabilidad es la gran coalición con el PSOE que en los últimos días el PP empezó a no descartar. En el partido piensan que Pedro Sánchez va a tener muy difícil una alianza con Podemos por la posición favorable al referéndum independentista de Pablo Iglesias.
Los populares se han topado con sorpresas como que el resultado de Ciudadanos y el suyo sea parejo en Cataluña. Pero el PP apenas han mejorado sus previsiones en la campaña. La media de voto (27%) en la mayoría de la elecciones que se han celebrado en los últimos dos años -europeas, andaluzas, autonómicas y municipales- sólo ha escalado al 28,7%. No parece que hubiera voto oculto al PP entre los indecisos ni ante unas elecciones generales, la reflexión sobre el voto ha sido distinta.
Pero, en todo caso, estos pormenores no van a evitar que Rajoy intente continuar en La Moncloa desde la defensa de que debe gobernar la lista más votada y de la distancia de seis puntos con la segunda fuerza. Esta tarde está convocado el Comité Ejecutivo en el que el presidente analizará los datos. España parece abocada a un escenario similar al de Portugal. El candidato de la derecha, Pedro Passos Coelho, ganó las elecciones pero no pudo ser investido tras un pacto de la izquierda.
No obstante, la sensación anoche en Génova era que el panorama es «ingobernable» y que no resultará tan fácil un acuerdo de la izquierda. Lospopulares, aseguran, van a intentar gobernar. Podemos, señalan, «es el más interesado en nuevas elecciones». Lo dijo el propio Rajoy desde el balcón de Génova. «Lo voy a intentar, voy a intentar formar Gobierno», dijo, aunque admitió que su partido y España afrontan «una etapa que no va a ser fácil».
En el Senado, el PP ha logrado 121 escaños y mantiene la mayoría absoluta. Esto hace que, ante una legislatura imprevisible, su concurso sea fundamental para cualquier reforma que se pretenda impulsar porque en la Cámara Alta las podrían tumbar.
El comportamiento el domingo del PP en sus territorios fue dispar. En Andalucía se deja 12 diputados, en la Comunidad Valenciana 9, en Madrid 7 y en Cataluña 5. En esta última autonomía, el PP es ya una formación minoritaria (11,4% de votos). Lo mismo sucede en el País Vasco, donde con un porcentaje similar logra dos escaños. En cambio, ha aguantado bien en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia. No obstante, Cataluña y el problema catalán parecen haber tenido un peso específico en el resultado final.
La pulsión entre continuidad o cambio, la pregunta que marca todas las elecciones, acabó muy difuminada. Ni cae derrotado el bipartidismo ni se puede menospreciar el avance de los emergentes.
El PP construyó su campaña volcándose en Mariano Rajoy. Apenas han prestado atención a las demandas de cambios políticos. No reaccionaron ante ellas. Las urnas parecen haber dicho que las cosas no pueden ser igual. Que Mariano Rajoy y el PP deben mejorar. El presidente destacó el domingo que «en las dificultades es donde se ve los políticos de verdad, será necesario dialogar y llegar a entendimientos».