“La Operación Cóndor fue un acuerdo regional clandestino de acción represiva ilegal. Es decir, una asociación ilícita formada por países en donde ya existían asociaciones ilícitas o que estaban en vías de hacerlo”, sostienen el fiscal general Pablo Ouviña y la fiscal ad hoc Mercedes Moguilansky.
Más de tres años después del inicio de la primera audiencia, se conoció el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de la Capital Federal, integrado por los jueces Adrián Federico Grünberg, Oscar Ricardo Amirante, Pablo Laufer y Ricardo Angel Basílico (juez sustituto).
La Fiscalía solicitó condenar a 25 años de cárcel a los ex responsables de Institutos Militares en la dictadura Reynado Bignone y Santiago Omar Riveros, para el ex director de la escuela de Caballería Rodolfo Feroglio, el ex jefe del Regimiento Patricios Humberto Lobaiza, el ex servicio de inteligencia militar uruguayo Manuel Cordero Piacentini y el ex agente de la SIDE Miguel Angel Furci, por su rol en el centro clandestino de detención que funcionó en Automotores Orletti, considerado uno de los principales lugares de reclusión de víctimas del Plan Cóndor. También reclamó 22 años de reclusión para el ex jefe del Área 521 con sede en el Batallón Ingenieros de Construcción 182 de Neuquén, Enrique Braulio Olea.
Además pidió 16 años de reclusión para Eduardo Samuel De Lío, Eugenio Guañabens Perelló, Bernardo José Menéndez, Antonio Vañek, Carlos Humberto Caggiano Tedesco, Felipe Jorge Alespeiti, Néstor Horacio Falcón; y Luis Sadi Pepa. También solicitó la condena de diez años de reclusión para Federico Antonio Minicucci y Carlos Horacio Tragant.
En la entrevista, Ouviña reseña que el Operativo Cóndor nació en de noviembre de 1975 en Chile, luego de que Manuel Contreras, jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA), y que respondía directamente al general (Augusto) Pinochet, enviara a diversos organismos de inteligencia de algunos países de la región una invitación formal para “La primera reunión de Inteligencia”.
El fiscal señala que cuando Contreras envía esa invitación tiene como objetivo “establecer un acuerdo que sea superador de lo que ya existía anteriormente”. De manera previa, como lo denominó el mismo Contreras, las dictaduras mantenían “simples acuerdos de caballeros”; es decir, acuerdos entre Estados, pero no había un convenio formal sino que mantenían colaboraciones caso por caso. “Operación Cóndor significa que hubo acciones formales de manera clandestina. Clandestino se entiende para la opinión pública en general, porque entre los Estados por supuesto que no fue así. Acá la represión fue clandestina para la población en general, no lo fue para las fuerzas armadas ni para las fuerzas de seguridad. Se denominó Cóndor en el acta fundacional como propuesta del representante de Uruguay, en honor a Chile, el país anfitrión”, indica Ouviña.
-¿Cómo describiría, entonces, al Plan Cóndor?
-Fue un acuerdo regional clandestino de acción represiva ilegal. Es decir, una asociación ilícita formada por países en donde ya existían asociaciones ilícitas o que estaban en vías de hacerlo. Es importante y así lo comprobamos judicialmente por los archivos “Arancibia Clavel”. Allí se menciona a una persona, un tal “Rawson”, que en realidad es Osvaldo Riveiro (Balita), personaje muy destacado de la inteligencia militar argentina y que continúa prófugo. Este personaje se había enterado de la reunión de inteligencia a la cual no habían convocado al Ejército; sino que habían llamado a la SIDE. Entonces lo que propone el acuerdo Cóndor es hacer algo mejor a lo que ya tenían; de características estables, permanentes y con estructuras propias. Cóndor crea entonces una infraestructura -mejor dicho y en palabras de Mercedes Moguilansky- un andamiaje específico. Provee un sistema de recursos: humanos, técnicos, económicos, etc. Nuestra pregunta al respecto era cómo países históricamente muy nacionalistas, incluso con conflictos entre sí; se reúnen para coordinar esto, encontrar un objetivo que los una por sobre sus diferencias. Así se diseñó el Plan Cóndor, el cual no fue exclusivamente para el intercambio de información; también fue intercambio ilegal de prisioneros; traslado ilegal de personas de un país a otro; actuación conjunta en operativos específicos; autorización de ingreso a fuerzas armadas extranjeras para realizar tanto operativos, como para interrogar y torturar prisioneros.
-¿Cómo fue la participación de los países de la región y del extranjero al respecto?
-Los países invitados a firmar este acuerdo en primera instancia fueron Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Brasil también, pero no firma el acuerdo en primera instancia, se incorpora formalmente al año siguiente. Salvo la Argentina, en ese momento había dictaduras en todos esos países. ¿Cuál fue la raíz ideológica que motivó a esos países a unirse? Hubo dos vertientes. Una fue la doctrina de Seguridad Nacional norteamericana y la otra fue la doctrina contrainsurgente francesa, resultado de su accionar en Argelia. Advertimos que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial la hipótesis de conflicto Este-Oeste y de lucha contra el comunismo da sustento a la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN) y esto también fue adoptado por casi todos los países latinoamericanos. No en Paraguay, es un caso diferente, aunque luego adoptó algunas formas de la doctrina de la Seguridad Nacional. Lo que sí podemos decir es que todos los golpes de Estado en América Latina están sustentados en esta doctrina. En la Argentina, con el golpe de Juan Carlos Onganía, se observa como se adoptó la DSN específicamente. En el golpe de Brasil en 1964 igual y también en los golpes en Chile y en Uruguay en 1973. Un testigo en juicio, por ejemplo, había dicho que la DS, no había existido y que era un invento de José Comblin (sacerdote católico belga, teólogo, referente de la Teología de la Liberación) Nosotros investigamos esto y detectamos lo que estaba sucediendo. La DSN era mucho más que un entrenamiento militar, que también se hacía. Recomendaba cuestiones como mejorar las condiciones de vida de la población porque las crisis económicas en esas décadas eran pensadas como las causas de la subversión. La DSA no es un paquete en términos lineales. Comblin ya en el año 1978 señala las características de Doctrina de Seguridad e impresiona la investigación que llevó adelante. Nosotros la citamos en nuestro alegato y es el fundamento para señalar que previo al Cóndor ciertos países, incluso enfrentados (como Chile y Argentina) encuentran un interés común en la lucha contra la subversión y contra el comunismo internacional. La DSA fue una política de los Estados Unidos a nivel internacional. Si bien no tenemos ningún documento que pruebe el apoyo concreto de Estados Unidos al Cóndor, sabemos que supieron tempranamente la existencia del Plan Cóndor. Se conoce el apoyo concreto de los Estados Unidos a las dictaduras como la de Chile o la nuestra; pero no hay que confundir ese apoyo a las dictaduras con el Plan Cóndor en sí mismo. Los Estados Unidos recomiendan a todos los países latinoamericanos: “Ustedes no tienen más que pelear entre sí, ustedes tienen un enemigo común que es la infiltración marxista”. Pero no tenemos elementos contundentes para afirmar su participación en el Cóndor. El Operativo Cóndor fue un producto regional y no hay que confundirlo con lucha antisubversiva en general. En cuanto al lugar de Francia es por parte de la doctrina de contrainsurgencia y específicamente en lo que respecta a la Argentina es la llegada de militares franceses que dieron clases a militares argentinos. Hay documentos donde el ex general Albano Harguindeguy destaca la importancia de la doctrina de la contrainsurgencia francesa. Acá hubo dos operaciones que se llamaron “Operación Hierro” y “Operación Hierro Forjado” y es en relación a la llegada de esta doctrina francesa y a su sistematización en manuales específicos de entrenamiento. Hierro forjado es el manual de tácticas específicas. Los militares argentinos fueron invitados para entrenarse en Francia al igual que fueron a Panamá.
En cuanto a otros países de la región, Brasil se integra al Operativo Cóndor en 1976; Perú y Ecuador lo hacen formalmente en 1978. El acta fundacional preveía ya la posibilidad de incorporación de otros países. En cuanto a Colombia encontramos un solo documento que hace referencia a este país y también existe un documento en relación a Venezuela. Ambos mencionan la presencia de grupos subversivos en dichos países y a la búsqueda de personas; pero no encontramos ningún documento que indique que Colombia y Venezuela se incorporaron formalmente al Cóndor. Recordemos que en Venezuela se refugiaron muchos argentinos perseguidos por la dictadura.
-¿Cuándo comenzó esta causa judicial en Argentina?
-Éste es el primer juicio oral en nuestra región y que junta tres tramos. Si bien el tema del Operativo Cóndor es conocido hace muchos años -incluso se menciona en el Juicio a las Juntas- no se lo ha estudiado como tal. Hay un fallo antiguo de la Corte, el caso “Arancibia Clavel”, que es sobre asociación ilícita donde se discute la pertenencia o no, de Arancibia Clavel a una asociación ilícita y podemos decir que eso ya era entendido como Cóndor. Arancibia Clavel era agente secreto de la DINA de Chile, que en sí misma puede ser considerada una asociación ilícita. Con esto queremos decir que hubo otros juicios en la región sobre casos cercanos, pero que no fueron tratados en el marco del Operativo Cóndor, como en esta causa que lo trata de manera global. La causa se inició en 1999, pero el juicio oral, es decir las audiencias sobre el Plan Cóndor comenzaron el 5 marzo de 2013. Hay que entender bien cómo es esta causa y por qué se denomina Cóndor –Orletti. En Orletti estamos en el segundo tramo y es el primer juicio oral de Cóndor, pero que reúne tres tramos. Cóndor no llegó todo junto. La raíz es la misma que la de ESMA, o sea que se van elevando juicios de instrucción por cantidad de hechos y por cantidad de imputados. Entonces es el segundo juicio de Orletti y el primero de Cóndor.
-¿Cuáles son las instancias que tuvo este juicio?
-Se organizó como todos los juicios orales en general y es importante porque aquí se están aplicando las leyes que se aplican a todo el mundo. No hay tribunales especiales, son los tribunales civiles con las leyes que rigen para todos, las del Código Civil y las del Código Penal. Son causas en las que se investigan crímenes que son considerados de lesa humanidad, pero no es una categoría especial pues se aplican las mismas reglas que para cualquier otro juicio. Comienza como todos los juicios con la lectura de los requerimientos de instrucción donde se leen las imputaciones, las razones de las acusaciones para solicitar al juez uno por Cóndor y otro por Orletti. Queremos aclarar que en la causa Orletti se investigan hechos que son Cóndor. Los acusados son imputados por asociación ilícita y por privación ilegítima de la libertad y no todos. La segunda instancia se invita a los imputados a declarar, que pueden hacerlo o no. En este caso declararon todos (leyendo), incluso Videla. Uno solo aceptó contestar preguntas y no leyó. Luego continuó la instancia de cuestiones preliminares, en la que se consulta a las partes (Fiscalía, Defensas y Querellas) si tienen alguna consulta previa o interponer excepciones a las que trata el tribunal. Aquí las defensas interpusieron excepciones, que luego de las respuestas que dimos desde la fiscalía, fueron rechazadas por el tribunal. Siguió la etapa de la Evaluación de la Prueba; que es la prueba testimonial, pericial y documental. Aquí se presentaron a declarar muchas personas; y a otros se les tomó declaración tanto por escrito como por video-filmaciones. Luego continuamos con el alegato de la fiscalía; a continuación los correspondientes a las querellas. Luego dio lugar la instancia con los alegatos de las defensas de los imputados. Luego la etapa de la réplica de las querellas. Por nuestra parte (MPF) no pudimos replicar pero si contestar preguntas y cuestiones técnicas sobre el alegato de las defensas. Por último el Tribunal Oral ofrece a los acusados la posibilidad de decir sus últimas palabras.
-¿Por cuántas víctimas se querella en esta causa?
-Entre Orletti y Cóndor se investigó lo ocurrido a 171 personas. Del juicio Cóndor son en total 106 y están todos desaparecidos. En la causa Cóndor sólo se investigaron los casos de desaparecidos. Una condición que tomó en cuenta la instrucción de la causa Cóndor es que fueran víctimas desaparecidas. En el debate se examinaron los dichos de más de 300 testigos; en ese número debe incluirse tanto los que efectivamente se presentaron (declararon en la Sala del Tribunal o en el exterior, por video conferencia), como a los que se incorporaron por haber declarado con anterior (oralmente en otros debates o de forma escrita); pero fueron convocados cerca de 500 testigos. Por la forma en que se realizaron las imputaciones, no todos los imputados lo están por todos los hechos. Si bien la mayoría está imputada por haber integrado Cóndor, en los casos de privación ilegítima de libertad depende del lugar donde se cometieron los hechos, del lugar en que estuvieron cautivos, etc. Tampoco se imputaron todos los hechos por la cadena de mando completa, es decir, que no todos los que estaban en esa cadena tienen imputación, pese a haberse confirmado su responsabilidad.
-¿Con cuántos imputados se comenzó y cuantos quedan actualmente?
-Cuando llegaron al Tribunal Oral, eran 31 imputados en Cóndor, más uno de Orletti. Ahora quedan uno de Orletti (Miguel Ángel Furci), y 16 de Cóndor. Algunos fallecieron, otros fueron separados por razones de salud y un caso específico también se separó pues paralelamente se le está haciendo un juicio oral en Córdoba y estaba yendo a las audiencias orales allí. Se consideró que someterse a ambos procesos era someter a un excesivo esfuerzo a ese imputado y, además, representaba un serio problema logístico.
-¿Cuáles fueron las solicitudes de condena a los imputados?
-En este juicio no hubo posibilidad de imputarlos por homicidios, pues no formaban parte de los requerimientos fiscales de intrucción. Entonces no se pudo solicitar ni prisión ni reclusión perpetua porque los delitos por los que se los podía acusar no prevén esa pena. Nosotros tenemos límites en nuestro proceder, sólo hablamos acá como fiscales de la causa. El viernes 27 de mayo se va a conceder la palabra a últimos imputados que restan: Miguel Ángel Furci (el único imputado de Orletti) y Carlos Tragant; y esa misma tarde se expide el tribunal en Comodoro Py. La pena máxima solicitada fue la de 25 años de reclusión a alguno de los imputados, de acuerdo a las responsabilidades comprobadas. En cuanto a las querellas, debe tenerse en cuenta que a excepción de la Secretaría de Derechos Humanos, las demás no podían formular acusación por todos los imputados, salvo por los casos y hechos relativos a las víctimas por las cuales querellaba. Tampoco coincidimos con la solicitud de la Secretaría de Derechos Humanos, cuyo representante solicitó condena a todos los imputados y por todos los hechos elevados; nosotros requerimos algunas absoluciones, por entender que no se había verificado en esos hechos responsabilidad de la persona que estaba imputada desde la etapa de instrucción.
-¿Existen otros tramos pendientes que darán continuidad al juicio oral que se lleva a cabo en estos momentos?
-El 4 de octubre próximo comenzamos otro juicio por cuatro imputados y por una cantidad mucho menor de hechos. Ahí no se investiga Cóndor en sí mismo. Este juicio corresponde a derivaciones de la causa original Orletti que sigue la instrucción. Respecto a Cóndor no hay ningún tramo que esté por el momento en etapa de juicio; además de éste, lógicamente. Esto no significa que no se sigan investigando hechos de la causa Cóndor, hay algunos que se están investigando y otros que verificamos en este juicio, que pedimos se investigaran. De acuerdo al resultado de estas investigaciones se determinará si habrá otro tramo del juicio Cóndor o no.
-¿Qué sucede en el resto de los países como Uruguay, Chile, Brasil, Paraguay, Ecuador y Perú con respecto a la marcha de este juicio?
-Fueron muy importantes las investigaciones que se hicieron en Uruguay y en Chile, donde hubo condenas en los dos países, pero por hechos determinados y contra imputados determinados. Pero en estos países no hubo juicios específicos como Plan Cóndor; y tampoco juicios orales. En Chile lo que existe es una investigación denominada “Cóndor Chile”, pero siempre sobre casos y hechos puntuales vinculados con Cóndor. Es decir que son hechos ejecutados en el marco de este operativo, pero no se imputa en términos de asociación ilícita. De todos modos hay que señalar la importancia del aporte que brindaron los magistrados de Chile y de Uruguay a nuestro debate en Argentina. En Brasil no hubo procesos judiciales, pero sí se crearon en los últimos años la Comisión Nacional por la Verdad y las comisiones estaduales. Por una serie de convenios, estamos en contacto con fiscales públicos brasileños que están viendo la posibilidad de iniciar las investigaciones. Igualmente la conformación de estas comisiones tuvo y tiene enormes obstáculos. Con respecto a Bolivia, Perú y Ecuador no tenemos conocimiento que haya habido juicios al menos vinculados a Cóndor.
-¿Argentina es el único país que lo está tratando de esta manera?
-En Latinoamérica, somos los únicos. No obstante, en Italia también lo están llevando delante de forma global. Hace muchos años un fiscal italiano inició investigaciones por el operativo Cóndor, por la desaparición de ciudadanos italianos y eso fue ampliado y ahora el juicio oral está tomando curso allá como Cóndor. Es decir que sólo Argentina e Italia están llevando el juicio oral por Operativo Cóndor de manera global. Aunque en Estados Unidos a raíz de la bomba que mató a (Marcos Orlando) Letelier en Washington en 1976, donde muere también una ciudadana norteamericana, que era su secretaria, un fiscal norteamericano realizó una investigación y entre las acciones solicita información al FBI. Y el FBI obtuvo información de uno de sus agentes, Robert Scherrer, destacado en Buenos Aires, que es el que emite un cable conocido como “Chill-Bomb”, donde por primera vez se menciona la Operación Cóndor.
-¿El diseño de este plan estuvo basado tanto en una estrategia de impunidad como en una estrategia del olvido?
-Una forma de impunidad es que la gente se olvide. Todo delincuente pretende permanecer impune, nunca va a querer que lo atrapen, eso está claro. Pero acá estamos hablando de crímenes del Estado, en los que el propio Estado es el que oculta las pruebas. Parte de las tácticas de la teoría de la contrainsurgencia para encontrar al denominado enemigo oculto eran la tortura, la zonificación, el control poblacional y la desaparición de personas de manera sistemática. La desaparición fue concebida como un mecanismo de la guerra para generar temor en los concebidos como enemigos. Acá fue una manera, además, de hacer desaparecer la prueba, porque si las personas no están para contar lo ocurrido, no se pueden saber. También se destruyeron enormidad de documentos y esto demuestra el propósito de generar impunidad. Como la auto-amnistía que declaran los militares en 1983 fue lógicamente parte de una estrategia de impunidad. Posteriormente esa estrategia continuó para que no se pudiera saber quiénes habían participado. Lo que sucedió acá es que esa estrategia fue diseñada por parte del Estado. La ocultación de información por parte del Estado cuando se requería información mediante habeas corpus o pedidos de informes también fue parte de esa estrategia de impunidad. Hay casos emblemáticos en lo que se refiere a Cóndor. Pero las desapariciones provocaron un efecto inverso al deseado, porque cada desaparición provocó un vacío que se “notaba”; y generó reclamos. Desde mi opinión personal, una de las cosas que pueden terminar con este tipo de ocultamiento, finalizar definitivamente con aquella estrategia de impunidad, es que todos estos países compartan un mismo lugar de información para que esté a disposición de todo el mundo. También creo que falta un espacio de debate profundo en torno a los mismos juicios por crímenes de lesa humanidad. Por último, queremos recordar que estamos en presencia de ausentes que biológicamente aún deberían estar presentes. No nos gusta hablar de casos, son personas, que tenían una edad, que hacían cosas, que tenían un ámbito de pertenencia, que dejaron un vacío. Por eso es importante mostrar las fotos, decir quiénes eran, contar aunque sea brevemente sus historias.
Fuente: espaciomemoria.ar