Por la supresión de identidad y falsedad ideológica en perjuicio de la primera nieta recuperada en Mendoza, Celina Manrique Terrera, y el secuestro y asesinato de sus padres, Laura Noemí Terrera y Alfredo Manrique, el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos (MEDH) pidió prisión perpetua para Paulino Furió, quien fuera Jefe de la División Inteligencia II con el grado de Teniente Coronel. Fue en la segunda jornada de acusaciones del MEDH en el Megajuicio de Lesa Humanidad contra exjueces, expolicías y exmilitares.
Por el caso de Celina también fue acusado Otilio Romano por omisión de investigar.
Archivo Explícito: la complicidad de los exjueces en el caso de Celina Manrique Terrera
La lectura de la acusación de este martes estuvo a cargo de Pablo Salinas y Viviana Beigel -quien también representa en el juicio a la Liga Argentina por los Derechos del Hombre-. Ambos reiteraron las responsabilidades de jefes policiales en la ejecución del plan sistemático de represión estatal.
Salinas enfocó en la responsabilidad de comisarios y policías de la Comisaría 16, de Las Heras, en torno a los casos de Eva Fernández, Imanol Gutiérrez y Juan Montecino, todos víctimas del terrorismo de Estado.
Por sus destinos fueron acusados Héctor Camargo y Miguel y Juan Carlos Ponce, todos con labores en la citada comisaría.
Después Salinas acusó y pidió perpetua para Paulino Furió por supresión de identidad de una menor de 10 años y por sustracción, retención y ocultación de una menor de 10 años del poder de sus padres, y por el secuestro y el homicidio doblemente agravado de sus progenitores. Furió ya ha sido condenado anteriormente a perpetua en anteriores juicios por lesa humanidad en Mendoza.
La declaración de Celina y sus tíos
En marzo de 2015, Celina Manrique Terrera brindó su testimonio en el Megajuicio.
Guiada por la Fiscalía, Celina relató sobre su infancia y la vida con sus apropiadores. “Nunca tuve ninguna sospecha sobre nada”, expresó al Tribunal y agregó: “Me dijeron que me habían encontrado en la calle”. Esto ocurrió en julio de 1977, cuando fue inscripta con el nombre Silvina, el 25 de marzo de 1977.
En la actualidad Celina recuperó el contacto con familiares de sus padres biológicos, “pero no se toca el tema, porque piensan que me hace mal”, expresó en su breve testimonio ante el tribunal.
Además de Celina, declararon integrantes de su familia Terrera sobre la desaparición de Laura Terrera y su esposo Alfredo Manrique; los padres de la joven.
Raúl Alberto Terrera y María Mercedes Terrera se refirieron a la desaparición de su hermana, Laura Noemí Terrera, y de su compañero,Alfredo Manrique, y a la apropiación ilegal de la hija de ambos.
Tanto Raúl como María Mercedes recordaron a Laura como una excelente estudiante de la Escuela Normal y docente en escuelas de Lavalle. Sobre Alberto Manrique recordaron que trabajaba en el área contable de la Facultad de Ciencias Económicas mientras estudiaba Contaduría. Ambos militaban en la Juventud Peronista.
“Yo le dije que podía prestarle dinero para que se fuera del país, sabiendo que las cosas no estaban bien”, expresó Raúl al recordar uno de los últimos contactos que tuvo con su hermana. Corría por entonces el mes de diciembre de 1976. El 25 de julio del año 1977, tras un viaje a San Juan, el matrimonio nunca más retornó a la provincia.
“Mi hermana le había dicho a mi madre que si se perdía, presentara un Habeas Corpus”, expresó el testigo describiendo el contexto que transitó la familia para dar con el paradero de Laura. Al producirse la desaparición, la búsqueda llevó a la familia Terrera al D2 y al Liceo Militar.
“Nos decían que allí no tenían presos”, expresó María Mercedes, quien agregó que los pedidos de habeas corpus fueron contestados con evasivas. En este punto, señaló al ex oficial Juan Agustín Oyarzábal.