Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela condenaron enérgicamente la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y no dudaron en calificar como un "golpe de estado parlamentario" al episodio ocurrido en Brasil que terminó con la caída del gobierno del Partido de los Trabajadores.
El primer país de América latina en emitir una declaración de rechazo al resultado del juicio político a Dilma fue Ecuador, cuyo gobierno también retiró su encargado de negocios en Brasil.
Una hora después de que culminara la votación en el Senado de Brasil, hoy al mediodía, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se pronunció en Twitter.
"Destituyeron a Dilma. Una apología al abuso y la traición. Retiraremos nuestro encargado de la embajada. Jamás cohonestaremos estas prácticas, que nos recuerdan las horas más obscuras de nuestra América.Toda nuestra solidaridad con la compañera Dilma, con Lula (Da Silva, ex presidente brasileño) y con todo el pueblo brasileño. ¡Hasta la victoria siempre!", escribió Correa en la red social.
La cancillería ecuatoriana dijo en un comunicado que "políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a la presidenta Dilma Rousseff ".
Poco después se conoció una declaración del gobierno cubano, que rechazó "enérgicamente el golpe de estado parlamentario-judicial que se ha consumado" en Brasil.
El pronunciamiento señala que la destitución de Dilma constituye "un acto de desacato a la voluntad soberana del pueblo que la eligió" y supone "otra expresión de la ofensiva del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe, que amenaza la paz y la estabilidad de las naciones".
Por 61 votos a favor, 20 en contra y sin abstenciones, Rousseff fue hallada culpable de crímenes de responsabilidad fiscal. Sin embargo, no quedará inhabilitada para ejercer nuevos cargos públicos por ocho años.
El miércoles, el presidente boliviano, Evo Morales, había advertido vía Twitter que si prosperaba el "golpe" contra Dilma, Bolivia iba a convocar a su embajador. Con la destitución consumada, Morales anunció que de hecho Bolivia convocó a su embajador en Brasil "para asumir las medidas que en este momento se aconsejan".
Venezuela fue el más drástico de todos los países frente al derrocamiento de Dilma. En un comunicado de la cancillería, Caracas anunció que "retiró definitivamente a su embajador Brasil" y decidió "congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario".
Desde la asunción de Temer, Venezuela se alejó de Brasil, un cercano aliado durante la década pasada, cuando gobernaron Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva.
También el presidente venezolano, Nicolás Maduro, brindó su apoyo a Dilma a través de Twitter y condenó el "golpe oligárquico de la derecha".
El nicaragüense Luis Exequiel Alvarado opinó que "las fuerzas regresivas del hemisferio siguen trabajando para provocar golpes de Estado en contra de los gobiernos progresistas de la región".
Estados Unidos opinó que la destitución se produjo dentro del "marco constitucional" del país, por lo que dijo "respetar" la decisión del Senado y prometió que trabajará con el nuevo mandatario brasileño, Michel Temer.
"Esta fue una decisión hecha por el pueblo brasileño, y la respetamos (...). Creemos que las instituciones democráticas de Brasil han actuado dentro de su marco constitucional", dijo el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Kirby, en su conferencia de prensa diaria.
Los demás representantes de la OEA guardaron silencio después de estas intervenciones, con la excepción de la delegación de Brasil, que se limitó a agradecer la "solidaridad en este momento difícil" y aclarar que habrá nuevos pronunciamientos sobre este asunto en el futuro.
Argentina declaró a través de la Cancillería: "Ante los sucesos registrados el día de hoy en Brasil, el Gobierno argentino manifiesta que respeta el proceso institucional verificado en el hermano país y reafirma su voluntad de continuar por el camino de una real y efectiva integración en el marco del absoluto respeto por los derechos humanos, las instituciones democráticas y el derecho internacional".
Fuente: La Nación / con información de las Agencias EFE y AFP