María Domínguez: "Nuestros hijos sabían el peligro que corrían pero igual luchaban por un país mejor, y eso les costó la vida"

Share
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

abuelas
Angelina de Castro y María Domínguez junto a Estela de Carlotto. Foto: La Imposible (radio de la ex ESMA)

En la conferencia de prensa donde se anunció la restitución de la identidad de la nieta 117 por parte de Abuelas de Plaza de Mayo, la abuela mendocina, integrante de Madres de Plaza de Mayo, María Domínguez expresó: "Los militares tienen la posibilidad de defenderse, nuestros hijos no tuvieron esa posibilidad".

Luego sostuvo sobre su nuera y madre de la joven que recuperó su identidad: "Ella estaba convencida porque yo le decía 'tené cuidado, mirá que esto es peligroso', pero estaban muy comprometidos. Nuestros hijos sabían el peligro que corrían pero igual luchaban por un país mejor, y eso les costó la vida".

"A nosotros no nos han podido callar porque sólo queríamos saber qué fue de nuestros hijos", remarcó Domínguez, quien también rememoró cómo empezó la búsqueda de su hijo, su nuera, y el bebé de ambos: "Al principio nos reuníamos en una iglesia, mas o menos 100 personas, hasta que un día las damas de la acción católica se enteraron quienes éramos, y le llamaron la atención al sacerdote, y no tuvo más remedio que sacarnos. Nosotros no íbamos a misa".

La familia

Gladys nació el 23 de noviembre de 1953 en la ciudad de Guaymallén, Mendoza. Walter nació el 30 de marzo de 1955, en la Capital. La joven estudió Diseño y él, Arquitectura, ambos militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista.

En noviembre de 1976, cuando Walter terminó el servicio militar, se casaron. Gladys trabajaba en una panadería y el joven era chofer de una línea de micros. El 9 de diciembre de 1977, en un operativo a cargo de supuestos policías pero que, en realidad, fue montado por militares, el matrimonio fue secuestrado en su casa de la localidad de Godoy Cruz y nunca más se supo de ellos ni del hijo o hija que esperaban para marzo de 1978.

Desde el momento de la desaparición de los jóvenes, las familias Domínguez y Castro emprendieron la búsqueda. Fueron al arzobispado, al comando IV Brigada Aérea, a la SIDE, presentaron hábeas corpus, y en ningún lugar recibieron respuestas.

"Al enterarse de otros casos como el suyo, la abuela María Assof viajó por primera vez en su vida a Buenos Aires y se contactó con las Abuelas de Plaza de Mayo, donde se radicó la denuncia sobre la desaparición del matrimonio y se emprendió la búsqueda colectiva del niño o niña. A partir de entonces, las dos familias viajaron regularmente a Buenos Aires a aportar datos o preguntar cómo venían las investigaciones, y siempre que desde la Asociación visitamos Mendoza nos reciben con los brazos abiertos", señaló Carlotto al anunciar el hallazgo.

[youtube]0k8C2j276hg[/youtube]

El caso

En 1994 el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza envió a las Abuelas una denuncia anónima sobre una joven nacida en marzo de 1978 que apareció en el hogar de una pareja mayor, de un día para otro. La joven, a pesar de haber sido inscripta como hija propia, sabía que no era hija biológica de quienes la criaron, pero nunca pensó en acercarse a Abuelas. La dificultad para reconstruir las huellas que el terrorismo de Estado borró impiadosamente, hicieron que el hallazgo de la hija de Gladys y Walter se demorara 21 años más.

"A mediados del año 2009, la denuncia -junto con información que las Abuelas compartimos con el Estado para la búsqueda de nuestros nietos apropiados- fue derivada a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para que pudieran investigar, con el ímpetu impreso desde 2003 a resolver los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado. En este sentido, en abril de 2014, por decisión de la secretaría de Derechos Humanos se crea en CONADI un equipo de aproximación a posibles hijos de desaparecidos, como el que ya venía funcionando desde 2006 en Abuelas. Este equipo de trabajo, inmediatamente se puso a investigar casos de jóvenes denunciados como posibles hijos de desaparecidos, que aún no han decidido acercarse voluntariamente a las Abuelas o CONADI. Fue así que en febrero de este año llamaron a la mujer -hoy flamante nieta restituida- para contarle que la CONADI contaba con información que arrojaba posibilidades de que podría tratarse de hija de desaparecidos y la invitaron a realizarse el estudio de ADN. La nieta de María Assof de Domínguez y Angelina Catterino, accedió inmediatamente a realizarse el estudio que se concretó el 16 de julio", señala el comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo.

El jueves último, 27 de agosto, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó a la CONADI que la joven es hija de Walter y Gladys. "Desde nuestra Asociación se le comunicó la noticia a las dos abuelas, mientras que la CONADI informó a la nueva nieta que con beneplácito recibió la noticia. El derecho a la identidad se recupera una vez más en este país, con la colaboración de un Estado empeñado en promover derechos y de gran parte de la sociedad que no quiere volver a sufrir los atropellos de dictaduras terroristas. Sólo resta que el abrazo esperado 37 años por las familias Domínguez y Castro se materialice en estos días. Bienvenida nieta 117 a la verdad", cerraron las Abuelas.

Share