El juez de la Suprema Corte Omar Palermo participó de la entrega del edificio donde funcionó el D2 en Mendoza -ubicado en Peltier y Belgrano-, que se concretó este sábado, y en medio de las celebraciones de los organismos de DD.HH., el supremo remarcó algunas cuentas pendientes en el área.
"Queda revisar las violaciones a los Derechos Humanos que todavía se cometen en el ámbito de la justicia, como la prisión preventiva, el sistema judicial no puede utilizar la prisión preventiva como una pena anticipada, la detención por averiguación de antecedentes, el maltrato contra las mujeres y demás", puntualizó Palermo al momento de ser orador en el acto.
Precisamente, organizaciones como la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del Gatillo Fácil, Xumek y la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional, denuncian desde hace tiempo las arbitrariedades que comete la policía contra jóvenes -en su mayoría procedentes de barrios carenciados- como las masivas detenciones por averiguación de antecedentes y las reiteraciones de casos de gatillo fácil.
Palermo, además de su cargo en la Corte, es académico, profesor de derecho penal de la Universidad Nacional de Cuyo, y fue fiscal general en las causas de lesa humanidad que impulsaron la investigación sobre la complicidad del aparato judicial durante la dictadura. Sus investigaciones, y más tarde los dictámenes, permitieron repensar el rol de los agentes del Poder Judicial.
"Es cierto que el juicio a los jueces todavía no terminó, pero no necesitamos la sentencia para saber que el Poder Judicial fue cómplice del terrorismo de Estado", agregó Palermo.